Felicitan la decisión de Singapur, que prohibirá totalmente el comercio de marfil después de incautar 9 toneladas de colmillos de elefante africano.
No es la primera vez y no será la última que hablamos en Diario.eco de la grave situación de los elefantes. En menos de veinte años estos paquidermos podrían haberse extinguido de seguir el ritmo actual. La especie ha decrecido en los últimos años a un ritmo vertiginoso debido al tráfico ilegal de marfil. Se estima, según el estudio que se considere, que hasta 28.000 mil ejemplares fueron abatidos anualmente entre los años 2007 y 2014. Cifras que, entre 2014 y 2017 podrían haberse reducido a 14.000 elefantes asesinados por año. Cifras que, incluso en la menor de las evaluaciones son absolutamente condenables.
En este contexto, hay que dar la enhorabuena a decisiones como la reciente del gobierno de Singapur, promovida por la Junta de Parques Nacionales (NParks), de prohibir todo el comercio nacional de marfil. En particular, la prohibición nacional de comercio de marfil de Singapur no ofrece excepciones, lo que la convierte en la prohibición de marfil más estricta del mundo en cuanto a alcance e implementación.
Este es un paso importante para cerrar el mercado interno de marfil de Singapur. Además, según felicita la asociación WWF-Singapur, es el último punto culminante de una serie de eventos que muestran la posición decidida del país contra el comercio ilegal de vida silvestre. Este mismo año las autoridades incautaron más de 37 toneladas de escamas de pangolín y casi 9 toneladas de marfil de elefante.
La presión social es clave para la prohibición del comercio de marfil
La decisión llega no mucho tiempo después de la incautación de un voluminoso cargamento de casi nueve toneladas de colmillos de elefante. El material procedía del Congo y se cree que hasta trescientos elefantes podrían haber sido asesinados para conseguir tal cantidad de marfil.
WWF llevó adelante una intensa campaña en el país, en el marco de la cual se descubrieron hasta cuarenta tiendas que vendían marfil en Singapur. Los ambientalistas demostraron además como los comerciantes usaban diferentes trucos para el contrabando entre fronteras. La campaña IvoryLane de WWF-Singapur ha sido clave para conseguir esta decisión de las administraciones.
Maureen DeRooij, directora ejecutiva de WWF-Singapur, expresó al respecto: «Las acciones decisivas de Singapur son pasos importantes para proteger la vida silvestre a medida que continuamos viendo poblaciones en disminución en todo el mundo. Esta prohibición envía una fuerte señal a los gobiernos mundiales y subraya la urgencia de detener el comercio ilegal de vida silvestre «. «Esperamos que el liderazgo de Singapur estimule a más gobiernos del sudeste asiático a la acción, cerrando sus mercados internos e intensificando los esfuerzos de aplicación», agregó DeRooij.