Los expertos corrigen a la presidenta de la Comunidad de Madrid, cuyas declaraciones muestran profundo desconocimiento sobre el impacto de la polución.
«Un estudio internacional confirma la relación entre la contaminación y el riesgo de mortalidad. Un análisis en 652 ciudades muestra un mayor riesgo de mortalidad tras la exposición incluso a pequeñas concentraciones de contaminación del aire urbano». Lo subraya el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través de su cuenta en redes sociales esta misma semana. Un mensaje que salía al paso de las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien quitando importancia a la contaminación en Madrid, afirmaba que «nadie ha muerto» por contaminación.
Unas declaraciones que ignoran toda la amplia literatura científica al respecto, como se encargaba de recordar el CSIC, indicando que las partículas finas presentes en el aire contaminado entran en el cuerpo humano a través de los pulmones y afectan a nuestra salud de formas diversas: en el cerebro, el corazón, el hígado, la placenta y prácticamente todos los órganos. El propio CSIC se hacía eco durante el verano de 2019 de un estudio internacional que confirma la relación entre la contaminación urbana y el riesgo de mortalidad. Se trataba de un análisis en 652 ciudades que muestra un mayor riesgo de mortalidad a corto plazo después de la exposición incluso a pequeñas concentraciones de contaminación del aire urbano. El análisis epidemiológico internacional incluía de hecho 45 ciudades españolas, entre ellas la propia Madrid.
Múltiples estudios e informes señalan las muertes provocadas por contaminación del aire
En Diario.eco hemos difundido anteriormente estudios e investigaciones diversas en este campo. Por ejemplo, el propio análisis de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) sobre la calidad del aire, que muestra que la exposición a la contaminación del aire causó alrededor de 400.000 muertes prematuras en la Unión Europea (UE) en el último año analizado, 2016. También hemos difundido el informe de la Global Alliance on Health and Pollution (GAHP) sobre el impacto mundial de la contaminación del aire, donde se revela por ejemplo que a nivel mundial estamos hablando de la muerte prematura por contaminación de 8,3 millones de personas, el 15% del total mundial de fallecimientos.
También hemos hablado acerca de estudios más específicos, como el realizado por investigadores de la University of Southern California (USC) que asocia la alta exposición a contaminación del aire a menos memoria y más atrofia cerebral. O por ejemplo, los dos estudios, uno en Estados Unidos y otro en China, que recientemente advertían sobre indicios de la influencia de la exposición a la contaminación del aire en abortos espontáneos prematuros.