Mayor control del tráfico de cuernos hacia países como China.
El gobierno sudafricano ha hecho públicos datos de la caza furtiva de rinocerontes en 2019. Las cifras indican un descenso del 23% respecto al año anterior. No obstante, estamos hablando todavía de 594 rinocerontes abatidos, aunque un año antes habrían sido 769, según cifras oficiales.
Es una tendencia importante, porque Sudáfrica es el país que acoge en la actualidad a casi la totalidad de rinocerontes que quedan en el planeta, alrededor de ocho de cada diez están allí, siendo el rinoceronte una especie en veloz carrera hacia la extinción en todo el mundo. Y a la vez, es también en Sudáfrica donde hay una mayor actividad de la caza furtiva sobre este animal.
De hecho, la última década ha sido terrible para esta especie en Sudáfrica, aunque en el último lustro la tendencia ha cambiado después de que se intensificase la lucha de las autoridades contra estas prácticas. Esto no quiere decir no obstante que la situación de la especie sea la mejor ni esté exenta de polémicas en Sudáfrica: recordamos que en verano de 2019 fue noticia la autorización del aumento de permisos para la caza trofeo de rinocerontes.
El origen del problema está en la demanda del mercado asiático
Ya hemos explicado anteriormente en Diario.eco como la demanda de cuernos de rinoceronte es muy elevada para ungüentos y brebajes varios relacionados con la mal llamada medicina tradicional china. Las creencias y supersticiones del área asiática, donde le atribuyen falsos beneficios y propiedades, hacen que se lleguen a pagar cantidades astronómicas, por encima incluso de los cincuenta mil euros, por apenas un kilogramo de cuerno de esta especie.