La llamada caza-trofeo del rinoceronte negro seguirá autorizada e incluso se podrá duplicar en Sudáfrica.
Una mayoría de países, incluida la delegación de la UE y Canadá, Botswana, Zimbabwe y Eswatini (anteriormente Swazilandia), votaron a favor de la petición en la reunión de CITES esta semana. Irónicamente, los surafricanos argumentaron que los beneficios de esta caza se destinarán a la conservación de especies en peligro crítico.
Aseguran los surafricanos, en contra de la opinión de algunos expertos, que las poblaciones actuales de esta especie permiten esa caza. Según sus cifras, habría en la actualidad 5 mil rinocerontes negros, alrededor de dos mil de ellos en Sudáfrica. El país, al menos dentro de la norma internacional legal, vendía derechos de caza para cinco ejemplares cada año. Ahora gozará de permiso para autorizar la caza-trofeo de hasta el 0,5% del total de la especie. Es decir, unos nueve rinocerontes considerando ciertas sus propias cifras.
Algunos expertos advierten que se estaría frenando la ya pequeña capacidad de aumento de la población de esta especie, constantemente amenazada por la caza furtiva. En los mercados de caza, tanto legal como ilegal, hay cazadores estarían pagando cantidades astronómicas para la caza-trofeo del rinoceronte. Paradójicamente, hay ambientalistas que admiten que la caza-trofeo legal si estaría permitiendo recaudar grandes cantidades de dinero para protección de especies. En ese sentido, lamentan que uno de los más graves problemas en el caso del rinoceronte serían las supersticiones y creencias por ejemplo de la llamada «medicina» tradicional China. De hecho, en China es incluso legal la venta del cuerno de rinoceronte pulverizado, al que se le atribuyen variopintas propiedades curativas.
Intentan también aflojar la protección del rinoceronte blanco
El rinoceronte blanco ha sido objeto de caza furtiva por su cuerno durante muchos años. Aunque la población de rinoceronte blanco del sur en Eswatini está incluida en el Apéndice II, una anotación actualmente evita el comercio internacional de cuerno de rinoceronte. Eswatini propone suprimir esta anotación de forma que pueda vender unas existencias de 330 kg de cuerno de rinoceronte y luego 20 kg anuales procedentes de una explotación que califican de «no letal». Namibia propone transferir su población de Ceratotherium simum simum del Apéndice I al II con una anotación únicamente para la venta de animales vivos «a destinatarios apropiados y aceptables y para trofeos de caza», y todos los demás especímenes permanecerán en el Apéndice I.
Nota: *Recordamos el significado de cada uno de los Apéndices.
Los Apéndices I, II y III de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) son listas de especies que ofrecen diferentes niveles y tipos de protección ante la explotación excesiva.
En el Apéndice I se incluyen las especies sobre las que se cierne el mayor grado de peligro entre las especies de fauna y de flora incluidas en los Apéndices de la CITES.
El Apéndice II figuran especies que no están necesariamente amenazadas de extinción pero que podrían llegar a estarlo a menos que se contrale estrictamente su comercio.
Finalmente, el Apéndice III figuran las especies incluidas a solicitud de una Parte que ya reglamenta el comercio de dicha especie y necesita la cooperación de otros países para evitar la explotación insostenible o ilegal de las misma.