La exposición al venenoso bisfenol es mucho mayor de lo que se creía

Conjunto de probetas y tubos de ensayo
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Investigadores revelan que los niveles de este disruptor endocrino que se puede encontrar en una amplia gama de plásticos están subestimados en humanos.

«Este estudio plantea serias preocupaciones sobre si hemos sido lo suficientemente cuidadosos acerca de la seguridad de este producto químico», ha explicado Patricia Hunt, profesora de la Universidad Estatal de Washington y autora del artículo sobre este tema publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology el 5 de diciembrede 2019. «De lo que se trata es de que las conclusiones a las que han llegado las agencias federales sobre cómo regular el BPA pueden haberse basado en mediciones inexactas», relata Hunt remitiéndose a los datos al respecto de la administración estadounidense como referencia comparativa. (Hay que recordar que Europa ha puesto al bisfenol bajo la lupa en época reciente)

Los investigadores han desarrollado un método más preciso para medir los niveles de bispehnol A (BPA) en humanos y descubrieron que la exposición al químico disruptor endocrino es mucho mayor de lo que se suponía anteriormente. Se proporciona así la primera evidencia de que las mediciones en las que se basan las agencias reguladoras, incluida la Administración de Drogas y Alimentos de los EEUU, son defectuosas y subestiman los niveles de exposición hasta 44 veces por debajo de los niveles reales.

El omnipresente bisfenol en nuestras vidas

El BPA se puede encontrar en una amplia gama de plásticos, incluidos los envases de alimentos y bebidas, y los estudios en animales han demostrado que puede interferir con las hormonas del cuerpo. En particular, la exposición fetal al BPA se ha relacionado con problemas de crecimiento, metabolismo, comportamiento, fertilidad e incluso un mayor riesgo de cáncer.

A pesar de esta evidencia experimental, la FDA ha evaluado datos de estudios que miden BPA en orina humana y determinó que la exposición humana al químico está en niveles muy bajos y, por lo tanto, seguros. Este documento cuestiona esa suposición y plantea preguntas sobre otros productos químicos, incluidos los productos que habitualmente se están usando como reemplazo del BPA, que también se evalúan utilizando métodos indirectos. El colega de Hunt, Roy Gerona, profesor asistente de la Universidad de California en San Francisco, desarrolló una forma directa de medir el BPA que identifica con mayor precisión los metabolitos de BPA, los compuestos que se crean a medida que el químico pasa a través del cuerpo humano.

Anteriormente, la mayoría de los estudios tenían que basarse en un proceso indirecto para medir los metabolitos de BPA, utilizando una solución enzimática para transformar los metabolitos en BPA completo, que luego se podría medir. El nuevo método de Gerona es capaz de medir directamente los metabolitos de BPA sin usar la solución enzimática.

Otros disruptores endocrinos también bajo la lupa de los científicos

El equipo de investigación está llevando a cabo más experimentos en la medición de BPA, así como otros productos químicos que también pueden haberse medido de esta manera, una categoría que incluye fenoles ambientales como parabenos, benzofenona, triclosán que se encuentra en algunos cosméticos y jabones, y ftalatos que se encuentran en muchos productos de consumo, incluidos juguetes, envases de alimentos y productos de cuidado personal

«El BPA aún se mide indirectamente a través de NHANES, y no es el único químico disruptor endocrino que se mide de esta manera», dijo Gerona. «Nuestra hipótesis ahora es que si esto es cierto para BPA, podría ser cierto para todos los demás productos químicos que se miden indirectamente».

Estudio – BPA: have flawed analytical techniques compromised risk assessments?. Publicación: The Lancet Diabetes & Endocrinology. Autores: Roy Gerona, Frederick S vom Saal, Patricia A Hunt