Cecil se convirtió en un símbolo contra una cruel práctica que sigue diezmando la población de leones y otras especies.
En julio de 2020 se han cumplido cinco años desde que el león Cecil fue asesinado por un cazador de trofeos estadounidense, una práctica que Humane Society International define de «pasatiempo enfermo». «La realidad es que hay muchos más leones sufriendo el mismo destino que Cecil», denuncian.
A finales de junio de 2020 el diario británico The Independent se hacía eco del retraso de la promesa del Reino Unido respecto de la prometida prohibición de importar animales sacrificados por cazadores para servir de trofeo. Según los datos difundidos por este medio, al menos sesenta leones, y con probabilidad más que no han sido detectados, se habrían matado y exportado al Reino Unido desde la muerte de Cecil en 2015. De hecho, junto con la Unión Europea y Estados Unidos estarían sumando el mayor número de leones asesinados para convertirse en trofeos de cazadores. La permisividad de Estados Unidos con esta caza trofeo ha sido objeto de polémica en numerosas ocasiones. En 2019 fue noticia la autorización del gobierno Trump para la importación del cadáver de un león asesinado en un evento de caza trofeo por el que el cazador había abonado 90 mil dólares.
León trágicamente asesinado
El león Cecil vivió hasta su muerte en 2015 en el Parque Nacional Hwange en Matabelelandia Septentrional, Zimbabue. Tenía trece años de edad y formaba parte de un estudio de la Universidad de Oxford cuando su vida terminó trágicamente asesinado por Walter Palmer, un dentista estadounidense aficionado a la caza por todo el mundo de especies exóticas.
Palmer habría pagado alrededor de 50 mil dólares para un evento organizado que incluyó el soporte de varias personas para atraer al león usando cebos y ponerlo a tiro donde el cazador pudiese abatirlo con facilidad. El hecho de que el león fuese toda una atracción de este Parque natural y que estuviese acostumbrado a presencia humana no amenazante facilitó que pudiese ser asesinado de esta forma, usando arco y flechas. Cecil no murió inmediatamente, sino que herido sufrió mortalmente durante horas hasta que dos días después, y luego de ser rastreado por los cazadores, estos remataron la faena.
El caso de Cecil se convirtió en un símbolo
El suceso, una vez que se conocieron los detalles, encendió la indignación en todo el mundo y contribuyó a amplificar las movilizaciones contra esta práctica conocida como caza trofeo que anualmente causa la muerte de miles de animales en todo el mundo.
El caso fue especialmente documentado por el investigador Andrew Loveridge en el libro titulado Lion Hearted: The Life and Death of Cecil and the Future of Africa’s Iconic Cats. Loveridge ha revelado también que casi exactamente dos años después de la muerte de Cecil, los cazadores mataron a sus hijos, Xanda y Sinangeni. Su obra es una exploración de la relación de la humanidad con el mundo natural y un intento de evitar que esta majestuosa especie, el león, desaparezca.