Los científicos del National Snow and Ice Data Center (NSIDC) publicarán un análisis completo de la temporada de derretimiento del Ártico y discutirán el crecimiento del hielo marino en la Antártida a principios de octubre de 2020. Mientras tanto, tenemos ya un avance de los preocupantes datos obtenidos recientemente.
El 15 de septiembre de 2020, el hielo marino del Ártico probablemente alcanzó su extensión mínima anual de 3,74 millones de kilómetros cuadrados (1,44 millones de millas cuadradas). La extensión mínima de hielo es la segunda más baja en el registro satelital de 42 años, lo que refuerza la tendencia a la baja a largo plazo en la extensión del hielo del Ártico.
“Ha sido un año loco en el norte, con hielo marino en un mínimo casi récord, olas de calor de 100 grados Fahrenheit (37,778ºC) en Siberia e incendios forestales masivos”, recordaba Mark Serreze, director del NSIDC.
Podría descender todavía más
La extensión del hielo marino comenzará ahora a aumentar estacionalmente durante el otoño y el invierno. En la Antártida, la extensión del hielo marino está ahora muy por encima del promedio y dentro del rango de las diez extensiones de hielo más grandes registradas, lo que subraya su alta variabilidad de un año a otro. El máximo anual de hielo marino antártico suele ocurrir a finales de septiembre o principios de octubre.
No es esperable, pero los científicos señalan que excepcionalmente, un cambio en los patrones del viento o un período de deshielo al final de la temporada aún podría hacer que la extensión del hielo ártico baje.
En comparación con 2012, la extensión mínima de este año tiene más hielo en el mar de Beaufort, pero algo menos en las regiones de Laptev y el este de Groenlandia. Las 14 extensiones más bajas en la era de los satélites se han producido en los últimos 14 años.
Indicador claro del cambio climático
El barco de Greenpeace Arctic Sunrise, con una tripulación de responsables de campaña, activistas y científicos, se encuentra en el Ártico para documentar el mínimo de hielo marino y estudiar la vida marina en la región. La travesía coincide con la próxima Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, en la que la protección marina debe ser prioritaria y central en cualquier discusión sobre la protección de la biodiversidad.
Al respecto de estos datos, Greenpeace advierte que la rápida desaparición del hielo marino es un indicador más de la crisis climática que tiene consecuencias en todo el planeta y recuerda que, frente a la crisis sanitaria y socioeconómica que estamos viviendo, la lucha contra el cambio climático debe ser una obligación imperativa de los gobiernos.
“A medida que el Ártico se derrite, el océano absorbe más calor y nos estamos quedando sin el aire acondicionado que regula las temperaturas de nuestro planeta”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España. “Para evitar los peores impactos del cambio climático, solo hay una vía, reducir drásticamente las emisiones de forma urgente a la vez que protegemos y restauramos los ecosistemas”.
“La capa de hielo del Ártico es un océano congelado que necesita protección urgente y los líderes mundiales en la Cumbre de Biodiversidad de las Naciones Unidas deben comprender el papel de los océanos en la lucha contra la crisis climática”, sostienen desde Greenpeace.