Condiciones «nunca vistas» en la historia de la humanidad.

«La vida en el planeta Tierra está bajo asedio. Ahora estamos en un territorio inexplorado. Durante varias décadas los científicos han advertido constantemente sobre un futuro marcado por condiciones climáticas extremas debido al aumento de las temperaturas globales causado por las actividades humanas en curso que liberan gases de efecto invernadero nocivos a la atmósfera. Desafortunadamente, el tiempo se acabó. Estamos viendo la manifestación de esas predicciones a medida que se supera una sucesión alarmante y sin precedentes de récords climáticos, lo que provoca que se desarrollen escenas de sufrimiento profundamente angustiosas. Estamos entrando en un ámbito desconocido en relación con nuestra crisis climática, una situación que nadie ha presenciado de primera mano en la historia de la humanidad.
(…) Las tendencias revelan nuevos récords históricos relacionados con el clima y patrones profundamente preocupantes de desastres relacionados con el clima. Al mismo tiempo, informamos de avances mínimos por parte de la humanidad en la lucha contra el cambio climático. Dados estos preocupantes acontecimientos, nuestro objetivo es comunicar hechos climáticos y recomendaciones de políticas a científicos, formuladores de políticas y al público en general. Es deber moral nuestro, de los científicos y nuestras instituciones, alertar claramente a la humanidad de cualquier posible amenaza existencial y mostrar liderazgo al tomar medidas. Este informe es parte de nuestra serie de actualizaciones anuales concisas y de fácil acceso sobre el estado de la crisis climática».
«Miedo» al «territorio inexplorado» en el que entramos
Así comienza el informe publicado en octubre de 2023 en BioScience, donde un equipo de expertos actualiza la ‘Advertencia de los científicos mundiales sobre una emergencia climática’, el documento suscrito en 2019 por más de 15.000 científicos en todo el mundo.
Entre otros, los investigadores llaman la atención sobre el hecho de que el mes de julio de 2023 fue con seguridad el que ha marcado la temperatura media global más alta en los últimos 100 mil años. Pero no es la única de las variables vitales del palneta que se ve sacudida en años recientes: el constante aumento del nivel del mar, las altas tasas de deforestación en los pulmones arbóreos del planeta, los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, incendios forestales, inundaciones, etc.
¿Hacia un «colapso social mundial»?
«Los efectos del calentamiento global son cada vez más graves y posibilidades como un colapso social mundial son factibles y peligrosamente poco explorados», subrayan. «Se estima que a finales de este siglo entre 3.000 y 6.000 millones de personas (aproximadamente entre un tercio y la mitad de la población mundial) podrían verse confinadas más allá de la región habitable, enfrentándose a un calor intenso, una disponibilidad limitada de alimentos y tasas de mortalidad elevadas debido a de los efectos del cambio climático».
En sus conclusiones advierten que los grandes problemas «necesitan grandes soluciones». En ese sentido llaman a «cambiar nuestra perspectiva sobre la emergencia climática de ser solo una cuestión ambiental aislada a una amenaza sistémica y existencial». Según esta perspectiva, aunque el calentamiento global es devastador, representa sólo un aspecto de la creciente e interconectada crisis ambiental que enfrentamos (por ejemplo, pérdida de biodiversidad, escasez de agua dulce, pandemias).
«Necesitamos políticas que aborden los problemas subyacentes del exceso ecológico, donde la demanda humana sobre los recursos de la Tierra resulta en una sobreexplotación de nuestro planeta y una disminución de la biodiversidad». Mientras la humanidad siga ejerciendo una presión extrema sobre la Tierra, «cualquier intento de encontrar soluciones exclusivamente climáticas sólo redistribuirá esta presión».
«Para abordar la sobreexplotación de nuestro planeta, cuestionamos la noción predominante de crecimiento interminable y consumo excesivo por parte de países e individuos ricos como insostenible e injusto. En lugar de ello, abogamos por reducir el consumo excesivo de recursos; reducir, reutilizar y reciclar residuos en una economía más circular; y priorizar el florecimiento y la sostenibilidad humanos. Hacemos hincapié en la justicia climática y la distribución justa de los costos y beneficios de la acción climática, particularmente para las comunidades vulnerables. Pedimos una transformación de la economía global para priorizar el bienestar humano y proporcionar una distribución más equitativa de los recursos. También llamamos a estabilizar y disminuir gradualmente la población humana con justicia de género a través de la planificación familiar voluntaria y apoyando la educación y los derechos de las mujeres y las niñas, lo que reduce las tasas de fertilidad y eleva el nivel de vida. Estas estrategias ambientalmente conscientes y socialmente equitativas requieren transformaciones holísticas y de gran alcance a largo plazo que podrían lograrse mediante pasos graduales pero significativos en el corto plazo».