Docenas de eventos suspendidos en toda la India.
La tradición del cautiverio de elefantes en la India se remonta a muchos siglos atrás. Y en el amplio estado de Kerala, al sur del país, adquiere su mayor dimensión. Allí, además de ser símbolo de estatus para muchos particulares que los mantienen en propiedad, los elefantes también son masivamente usados en diferentes festivales. Y además, un lucrativo negocio en el que el bienestar animal es secundario.
Asociaciones como Heritage Animal Task Force han venido denunciando la situación con estos elefantes cautivos. Son sometidos a tortura, a delirantes métodos de entrenamiento «acientíficos» y a negligencias diversas que a menudo terminan con la muerte del animal. Durante el verano de 2019 por ejemplo, esta asociación pudo documentar hasta 16 elefantes concretos, con sus nombres, referencias y edades, que habían muerto en privados de alimento y atención veterinaria en distintoslugares de Kerala.
Alivio temporal del sufrimiento de los paquidermos
Ahora, las medidas decretadas por las administraciones debido a la alerta sanitaria por coronavirus, ha llevado a la cancelación de múltiples festivales en la zona. Esto estaría concediendo descanso a los animales, «aliviados de la intensa tortura física y mental» habitual durante estos eventos. No obstante, los activistas también temen por su supervivencia durante el confinamiento. Y alguno de los principales eventos, como el de Thrissur Pooram, a comienzos de mayo, y donde llegan a usarse hasta 300 elefantes, todavía confían en poder ser celebrados.
En otras zonas de Asia, como Tailandia, tal y como hemos contado en Diario.eco, la fuga del turismo ha sacado a relucir la situación de cientos de elefantes encadenados y desnutridos, explotados durante años por el sector turístico tailandés para el «goce» de los turistas.