La fuga del turismo saca a relucir la insostenible explotación de elefantes

Foto: Bangkok post

Cientos de paquidermos encadenados y desnutridos en Tailandia.

El sector turístico tailandés ha explotado durante años a miles de elefantes en actividades diversas en las zonas más visitadas para el «goce» de los turistas. Paseos y «trucos» diversos son algunas de las actividades a las que son obligados los animales durante horas, para pasar a continuación a permanecer encadenados en pequeños recintos.

Ahora, la primavera de 2020 marcada por la alerta sanitaria debida al coronavirus ha comenzado con una notable ausencia de turistas en las áreas típicas de explotación de elefantes en Tailandia, como es el área de Chiang Mai, al norte del país. Esto ha llevado a una grave situación a los empresarios que mantienen cautivos a los animales, que yacen encadenados durante horas y con apenas alimentación (hay que recordar que un elefante adulto puede requerir alrededor de 300 kg de alimento al día para completar sus necesidades nutricionales).

Activistas locales han denunciado la situación. Se teme que muchos de ellos vayan a morir en las próximas semanas. Otros, advierten, podrían ser vendidos a zoológicos, o ser adquiridos por el sector del comercio ilegal de madera, para ser usados en actividades de tala clandestina.

La crisis también afecta a los santuarios de protección animal

De forma paralela, no sólo las actividades tradicionalmente combatidas por los conservacionistas se están viendo afectadas por la crisis sanitaria y económica derivada de la Covid-19. También grupos y espacios dedicados a proteger y cuidar animales rescatados. Es por ejemplo el caso del Elephant Nature Park, un conocido centro de rescate y rehabilitación también en la zona de Chiang Mai.

En este espacio viven casi noventa elefantes rescatados de crueles situaciones y muchos otros animales, incluídos por ejemplo búfalos o caballos. En total, más de 2.000 animales rescatados. Esta área natural se sostenía hasta ahora en gran parte gracias a los ingresos recibidos de visitantes interesados en la colaboración con su activismo ambiental.