«Con el cambio climático se espera que estas tormentas sean más severas, ya que al aumentar las temperaturas, el aire es capaz de almacenar una mayor cantidad de vapor de agua. Por tanto, se espera un aumento en la magnitud de las inundaciones pluviales en zonas urbanas y fluviales en barrancos y ramblas». Son datos extraídos del estudio internacional que publicábamos en Diario.ECO hace apenas unas semanas. Un informe liderado por la Universidad Técnica de Viena, en el que han participado 35 grupos de investigación europeos, incluída la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Publicábamos también no hace mucho otra información resumiendo la convicción de los expertos de que la huella del cambio climático que está detrás de los mega-huracanes, ciclones y tifones. Y en un planeta donde nadie vive en compartimentos estanco, sino que todo es un gran efecto dominó, estamos viendo un ejemplo práctico estos días. Los meteorólogos ya avisaron de que los restos del huracán Dorian, que llegaron hasta Canadá, estaban provocando una cadena de acontecimientos inesperados.
Cuando los restos de Dorian entraron en contacto con la llamada corriente en chorro, acelerándola, se formó una vaguada profunda. Es decir, un ascenso de masa de aire cálido y húmedo en una amplia zona de baja presión atmosférica. De ahí se ha desprendido este fenómeno de gota fría o DANA (acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos). De hecho, si habitualmente la gota fría entra por el área de Gibraltar, en este caso lo ha hecho por el Cantábrico.
La temperatura de la superficie del mar, un indicador claro de la tendencia
Y no es el anteriormente mencionado el único informe que advierte sobre los cambios que se avecinan. «En estudios recientes, se ha demostrado que la temperatura de la superficie del mar en el Mediterráneo juega un papel relevante en la génesis e intensificación de las lluvias torrenciales en toda la cuenca, especialmente en la cuenca del Mediterráneo occidental». Así lo indican los expertos Francisco Pastor, Jose Antonio Valiente y José Luis Palau en un artículo publicado en Pure and Applied Geophysics, donde explican que el análisis de la climatología y las tendencias espacio-temporales de la temperatura de la superficie del mar es una útil herramienta para comprender el cambio climático en la cuenca.
Los autores de ese informe indican que los resultados encontrados en el análisis de los datos en el período 1982-2016 confirman la cuenca mediterránea como un punto caliente para el cambio climático. Las tasas de calentamiento de la Temperatura de la Superficie del Mar (TSM) no solo son consistentes, sino que se han acelerado durante todo el período de estudio, en un contexto de calentamiento global acelerado observado durante este siglo. En ese escenario, apuntan, se esperan tormentas individuales más intensas a medida que aumentan las temperaturas. Advierten en todo caso que a pesar de ser una cuenca relativamente pequeña y semicerrada, no debe ser tratada como un campo uniforme ya que presenta una variabilidad espacial importante, dependiendo de la época del año.
Cóctel climático peligroso agravado por la irresponsable (des)planificación urbanística
Esta misma semana, el Observatorio de Sostenibilidad subrayaba que más pronto que tarde va a ser imprescindible comenzar a retirar edificaciones tanto en zonas costeras como en zonas de especial riesgo de inundaciones.
Un hecho del que expertos y asociaciones diversas vienen advirtiendo desde hace años, criticando la «aberración» de construír en zonas inundables desoyendo los riesgos para bienes y personas. Greenpeace por ejemplo, en su informe A Toda Costa, señala que la superficie de costa urbanizada se ha duplicado durante los últimos 30 años, a menudo ocupando zonas inundables. Y esto ha causado que la capacidad de amortiguación de inundaciones de los ecosistemas costeros se haya reducido en un 10,6% en España desde 2005. En la misma línea, Ecologistas en Acción ha denunciado reiteradamente que diferentes administraciones incumplen de manera continua la normativa vigente favoreciendo la construcción en zonas potencialmente inundables.
Varios conductores han quedado atrapados por el agua en el túnel de la AP7 a su paso por Pilar de la Horadada, en Alicante https://t.co/JQtsgu2jWV pic.twitter.com/SUiVidrvzY
— 24h (@24h_tve) 13 de septiembre de 2019
Precipitaciones registradas día a día y total acumulado hasta esta mañana en este episodio #DANARMurcia pic.twitter.com/0L4C7o4SKy
— AEMET_Murcia (@AEMET_Murcia) 13 de septiembre de 2019
🌪 Esta es la impactante imagen de un tornado en Guardamar del Segura, en Alicante
🚆 La línea ferroviaria entre Valencia y Alicante ha quedado arrasada por las fuertes lluvias
🔴 La última hora sobre el temporal, en nuestra web: https://t.co/Mohz0pWhge #GotaFría pic.twitter.com/ns2MVtRyQe
— 24h (@24h_tve) 12 de septiembre de 2019
Para consulta de la fuente mencionada sobre TSM en el Mediterráneo:
Sea Surface Temperature in the Mediterranean: Trends and Spatial Patterns (1982–2016)
Francisco Pastor, Jose Antonio Valiente,José Luis Palau
https://link.springer.com/article/10.1007/s00024-017-1739-z