
Pese a la pandemia, esta especie en riesgo de extinción sigue sufriendo la constante amenaza de los contrabandistas.
Ya hemos contado en Diario.eco que el pangolín es uno de los animales que en mayor número es víctima del tráfico ilegal en el mundo. Sus ocho especies están en peligro de extinción debido a la demanda de pangolines en el comercio ilegal de vida silvestre. Sus escamas se utilizan a menudo en la medicina tradicional asiática y en algunas partes del mundo también se comen.
Hemos comentado anteriormente que debido a esta presencia constante en esos mercados ilegales, los investigadores han rastreado su posible presencia en la cadena de transmisión del coronavirus que provoca la Covid-19 a los seres humanos. Los científicos admiten como una de las hipótesis más plausibles que los pangolines lo obtuvieron de los murciélagos y lo transmitieron a los humanos, abriéndose así la pandemia a la que nos enfrentamos actualmente.
Incesante tráfico de pangolines
Sin embargo, a pesar de la clara evidencia de que los pangolines no deben ser traficados o consumidos, las ventas de pangolines continúan. Una investigación de Wildlife Justice encontró que Nigeria está vinculada al 55% de las escamas de pangolín incautadas en el mundo entre 2016 y 2019. Y en medio de la pandemia en curso, el comercio de pangolín en Nigeria no ha disminuido. En la red existe una petición para presionar a las autoridades nigerianas a detener este comercio ilegal. Se estima que más de un millón de pangolines han sido arrebatados de la naturaleza en la última década. «Un pangolín es capturado cada 5 minutos», denuncia www.pangolinsg.org.
En la primavera de 2020 también ha sido noticia la presencia de pangolines a la venta en algunas páginas webs. Un negocio para el que algunos incluso han intentado usar páginas de Facebook. De hecho, la red social ha cerrado alguna de esas webs después de descubrir que se estaba vendiendo esta especie en peligro de extinción.