La investigación realizada por la asociación francesa de protección animal L214 y difundida a medios y redes esta semana está agitando conciencias en Francia. Desde la asociación nos recuerdan que las imágenes son realmente duras pero recomiendan verlas por completo y compartirlas para romper «la ley del silencio que reina en el sector de la carne».
Las imágenes fueron grabadas entre julio y octubre de 2019 en la Bretaña francesa, en la zona de Finistère, en instalaciones de la compañía Laïta, que comercializa en Francia marcas como Mamie Nova y Paysan Breton.
«Absurda brutalidad» de la ganadería intensiva
El vídeo recoge la dureza de las condiciones de los terneros de cría. Después de ser separados de su madre al nacer, estas crías se clasifican, algunas mueren porque se las considera insuficientemente rentables y otras engordan en edificios miserables. Nunca saldrán a los pastos. El suelo perforado y sucio es una fuente de incomodidad o incluso lesiones. Algunas terneras incluso se ven privadas de cualquier contacto con otras. Muchos animales sufren de enfermedades como la tiña. Todos son anémicos y sufren graves trastornos digestivos.
El vídeo cuenta con un testimonio inédito, el de un ex comprador de terneros del sector. Esta persona, de la que ocultan su identidad, afirma no haber podido continuar protegiendo estas prácticas. Por este motivo, denuncia la absurda brutalidad de este sistema de producción intensiva donde los terneros «se consideran subproductos necesarios para que las vacas produzcan leche y que la industria rentabiliza vendiéndolos por carne». «Durante los 5 meses de su triste vida, solo conocerán el cemento y la suciedad», denuncia la asociación.