640 mil toneladas de redes abandonadas anualmente son trampa mortal de miles de animales

Tortuga ahogada en red de pesca en una playa al lado de restos de plástico
Hembra adulta de tortuga verde (Chelonia mydas) enredada en línea de pesca en North Beach, Isla Henderson / Imagen: Jennifer Lavers – Greenpeace

Según un informe de Greenpeace las redes son el 10% de los plásticos que se encuentran en el mar.

«Mucho tiempo después de su vida útil, las redes de pesca siguen matando y mutilando la vida marina y contaminando incluso ecosistemas remotos como el monte submarino Vema. Es bastante macabro ver el legado de la pesca destructiva en un lugar tan remoto como este», ha señalado desde el Monte Vema Thilo Maack, portavoz de la campaña Protege los Océanos de Greenpeace.

Cada año se abandonan 640.000 toneladas de redes de pesca en los océanos. El informe difundido esta semana por Greenpeace revela que el 6% de todas las redes utilizadas, el 9% de todas las trampas de pesca pasiva (nasas) y el 29% de todos los palangres (líneas de pesca de varios kilómetros de largo) permanecen en el mar. Se trata de deshechos de la actividad pesquera que, una vez finalizada su vida útil, han quedados en los mares amenazando el día a día de la fauna marina. De hecho, siguen aniquilando vida marina durante años y contribuyendo a degradar los ricos hábitats submarinos a donde van a parar.

No es casualidad que el informe se difunda además coincidiendo con la expedición del grupo ecologista que ha llegado hasta Monte Vema. Los montes submarinos son áreas particularmente dañadas por las redes fantasma. Su rica diversidad de fauna marítima las hace foco de intensa actividad pesquera. Greenpeace propone una gestión más estricta que controle estas mortales redes fantasma. Una iniciativa que debiera incluírse en el acuerdo de un sólido Tratado Global de los Océanos que podría proteger, al menos, el 30% de los océanos para 2030, prohibiendo las actividades humanas más peligrosas, incluida la pesca industrial.

La rápida capacidad de regeneración de los océanos

«Incluso la langosta de Tristán, una especie icónica del Monte Vema, que estuvo al borde de la extinción en dos ocasiones debido a la sobrepesca, muestra ahora signos de recuperación de la población, gracias a la prohibición de la pesca de fondo. Esto refleja cómo los océanos tienen una sorprendente capacidad de regeneración. Pero para recuperarse y prosperar adecuadamente en el futuro, el Monte Vema y su ecosistema único deben estar completamente fuera del alcance de las actividades humanas dañinas. Las protecciones actuales para los ecosistemas en aguas internacionales claramente no son suficientes», ha explicado Pilar Marcos, responsable de la campaña de Océanos en Greenpeace España.

Pulsa aquí para descargar el informe «Redes fantasma que amenazan nuestros océanos»