Vivir sin plástico es fácil. Cada mes de julio, una convocatoria mundial nos desafía a reducir el plástico presente en nuestro día a día.
Es una oportunidad excelente para reflexionar sobre la abrumadora presencia del plástico en nuestras vidas. También es una extraordinaria oportunidad para adquirir hábitos en el uso de menos plástico a mantener más allá de esos 31 días. Desde luego, la campaña Plastic Free July (Julio libre de plásticos), es un desafío al que merece la pena entregarse. Unirnos a millones de personas que, en todo el mundo, apuestan por una solución al grave problema de la contaminación por plásticos. Y conseguir así calles más limpias, bosques más bellos y mares no contaminados.
¿Cómo lleváis el mes sin plásticos?
Vivir sin plástico es más fácil de lo que piensas. Podéis seguir la evolución en vuestros cubos de reciclaje. ¿Cuánto plástico se va acumulando? ¿Menos que la semana pasada? ¿Alguna idea brillante para disminuír nuestra huella ecológica? En realidad, algunas prácticas muy simples pueden tener gran impacto sobre nuestro día a día. Por ejemplo:
- Eliminar el uso de bolsas de plástico: De hecho, acabamos de celebrar la semana libre de bolsas de plástico. Una bolsa de tela elimina de un plumazo miles de potenciales bolsas de usar y tirar (que habitualmente tienen una vida media de apenas unos minutos)
- Evitar envases de usar y tirar: ¿Vas a establecimientos dónde te sirven un café para llevar? Esta vez llévate tu propio envase reutilizable. O… quizás, siéntate y tómate con calma y relax tu café en una taza de toda la vida.
- Mallas reutilizables para fruta y verdura: Aún cuando llevamos nuestra bolsa de tela a la tienda o al súper, todavía a veces nos resulta imposible servirnos fruta o verduras sin esos expendedores de bolsas de plástico. Solución: sírvete tu fruta y verdura en mallas reutilizables.
- Olvídate de las pajitas de plástico: En serio, se usan millones todos los días, absurdamente. Y si no puedes vivir sin sorber, sorpresa: existen pajitas reutilizables.
La iniciativa nació hace ocho años en Australia. Aquí podemos escuchar a Rebecca Prince-Ruiz, la impulsora de la idea: