¿Por qué se están extinguiendo las jirafas y qué podemos hacer para evitarlo?

Grupo de jirafas en la sabana africana
Foto: Magdalena Kula – Unsplash

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas analizará propuestas para frenar la disminución de la especie.

Las poblaciones de jirafa han disminuido considerablemente durante los últimos decenios debido a la pérdida del hábitat y otras presiones. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) debatirá sobre las medidas a tomar. La República Centroafricana, Chad, Kenya, Malí, Níger y Senegal proponen incluir la jirafa en el Apéndice II. Se trataría de una importante medida cautelar para frenar la disminución en curso de la especie.

Técnicamente esto implica su clasificación como especie que, aunque no necesariamente amenazada de extinción, «podría llegar a estarlo si el comercio de sus especímenes no se controlara de cerca». Esta clasificación conllevaría por ejemplo que los permisos de exportación o reexportación serían obligatorios.

Acelerado descenso del número de jirafas

Entre 1985 y 2015, en África, el número de jirafas disminuyó en un 40% . Según datos de la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza (UICN) actualmente la población de jirafas ha descendido a 98.000 ejemplares.

En África oriental, la jirafa reticulada ha perdido alrededor del 60% de su población. La jirafa nubia ha experimentado un terrible descenso del 97%. La jirafa de kordofán, en África Central, ha disminuído su población en un 85%. Tan sólo se han registrado aumentos significativos en la población de jirafas en la zona de África meridional (Sudáfrica y Namibia).

La jirafa ha pasado a ser «especie vulnerable»

En tiempos antiguos la caza de jirafas fue un medio de subsistencia de poblaciones que se alimentaban de su carne. No es el caso en la actualidad. Lamentablemente la matanza de jirafas se produce por la búsqueda de sus huesos, cerebros y colas. Estos son considerados por la superstición como curas para el SIDA. También se venden como objeto de trofeo.

Los furtivos diezman así la especie. El hábitat de la jirafa se ha ido fragmentando y reduciendo cada vez más. En la evaluación en 2010 por parte de la UICN la desaparición de la población de jirafas africanas se clasificó como un problema menor. Pero, a finales de 2016 la grave evolución de la especie hizo necesario que fuese clasificada como «especie vulnerable».

Jirafa madre con su cría
Foto: Nathalie Spehner – Unsplash

Creciente interés por el estudio de las jirafas

Históricamente, la jirafa no ha despertado mucho interés entre la comunidad investigadora. De hecho, muchos datos sobre las jirafas se han recogido en estudios sobre otros animales. De ahí que, actualmente, se sepa menos de las jirafas en comparación con otras especies significativas como rinocerontes, elefantes y leones.

En Kenia, el programa de estudio y protección de la jirafa Twiga Walinzi comenzó en 2016. En Namibia, la primera investigación a largo plazo sobre las jirafas no se llevó a cabo hasta 2004. Como consecuencia de la falta de datos fiables, la UICN tuvo que esperar hasta 2018 para poder establecer el nivel de amenaza para determinadas subespecies de jirafas. Clasificadas como “en peligro de extinción” se encuentran las subespecies de jirafas reticuladas y masai. Clasificadas “en peligro crítico de extinción” se encuentran la subespecie nubia y las kordofanes.