Sólo queda una jirafa blanca después de que furtivos asesinaran al resto de la familia

Jirafa blanca camina por bosque en Kenya
Foto: Hirola Conservation Program

Cazadores acabaron con la hembra y su cría en el santuario de vida salvaje de Kenia donde vivían.

«Es un triste día para la comunidad de Ijara y para toda Kenya. Somos el único lugar del mundo custodiando una jirafa blanca. Su asesinato es un golpe tremendo a los pasos dados por la comunidad para conservar especies raras y únicas y una llamada a continuar nuestros esfuerzos para apoyar su conservación», lamenta Mohammed Ahmednoor, gerente del Ishaqbini Hirola Conservancy, donde estas jirafas viven.

Se trata de ejemplares de jirafas verdadermente blancas, no albinas, debido a la condición conocida como leucismo. A diferencia del albinismo, los animales con leucismo continúan produciendo pigmento oscuro en sus tejidos blandos, por lo que sus ojos eran de color oscuro. «Esta es una pérdida a largo plazo, dado que los estudios e investigaciones genéticas que se realizaron fueron una inversión significativa en el área por parte de los investigadores, y ahora se han ido por el desagüe. Además, la jirafa blanca fue un gran impulso para el turismo en el área», recordaba Ahmednoor.

La jirafa había sido descubierta por vez primera en 2017, junto a una cría, y una cría posterior elevó a tres esta pequeña familia de jirafas blancas. Un hecho que despertó gran interés científico y que impulsó también el turismo en la zona. La matanza de jirafas por parte de furtivos ha diezmado la población de este animal en todo el continente africano y se calcula que en apenas tres décadas se ha perdido alrededor del cuarenta por ciento de la población total de jirafas.