Los expertos consideran que el impuesto al azúcar sería una medida clave en términos de salud frente a una situación alarmante. Y creen que la tasa debería extenderse a nivel estatal.
Un gran impacto positivo sobre la salud
El Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud de Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) es claro en este tema. Calculan que un impuesto del 20% sobre el precio básico de las bebidas azucaradas tendría un gran impacto. Estiman que se lograría así una reducción del consumo de calorías en la dieta de hasta el 4,7%. Esto implicaría una disminución media del peso corporal de 725 gramos por año.
«Es una batalla que ya ha empezado a nivel mundial», ha subrayado Rodrigo Córdoba García, coordinador del mencionado grupo de semFYC. Añaden al respecto las cifras. «Los datos de la población española son alarmantes y no dejan lugar a dudas», exponen. La proporción de personas con obesidad «se ha duplicado en sólo 20 años». Datos especialmente preocupantes en lo relativo a la población infantojuvenil (entre 2 a 17 años). Aquí, el porcentaje de obesidad es del 9,6%, uno de los mayores de Europa. Además, hay una preocupante correlación entre esa incidencia y el nivel socioeconómico y educativo de las personas.
El rechazo del Tribunal no tiene justificación en términos de salud
Cataluña decidió aplicar este impuesto a las bebidas azucaradas desde mayo de 2017. Una medida sobre la que ya existen datos de estudios independientes, que demuestran que es efectiva en la reducción del consumo.
La semFYC critica que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) haya anulado en una sentencia el reglamento de la Ley. Advierten además que esta anulación se basa en cuestiones formales, pero que el tribunal «en ningún momento ha dictado contra el fondo». Por esta razón, reclaman mantener el impuesto. Y no sólo, piden que se extienda al resto del Estado. Los médicos de familia animan a redactar un nuevo reglamento que solucione el problema y no pueda ser tumbado por los tribunales.
En la línea de las recomendaciones de la OMS
La propuesta de los médicos de familia se basa en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Recuerdan que el azúcar tiene hoy en día un elevadísmo impacto en la prevalencia de enfermedades como la obesidad o la diabetes. Por cada 150 calorías diarias per cápita de promedio que se introducen en los hábitos alimentarios de un país la tasa de diabetes en la población aumenta 1,1%.
“En términos alimentarios, el consumo regular de bebidas azucaradas y su introducción en la dieta es uno de los elementos que más significativamente ha contribuido al aumento de la tasa de obesidad», señala Rodrigo Córdoba. El coordinador del grupo de PAPPS de la semFYC indica que una lata de refresco contiene alrededor de 35 gramos de azúcar y se corresponde con 140 calorías. Más allá del aumento del consumo de comida basura, se ha constatado que las personas que consumen dos o más bebidas azucaradas por día tienen el doble de riesgo de tener síndrome metabólico, aumento de triglicéridos y disminución de colesterol HDL o colesterol bueno.