
Ocho especies podrían desaparecer en breve si no se frena la tendencia actual.
El envenenamiento es uno de los principales aspectos del conflicto entre el hombre y la vida silvestre en Kenya. Según relatan desde BirdLife, en algunas zonas del condado de Kajiado, en particular en las que limitan con zonas de conservación de la vida silvestre, más del 60% de las muertes de buitres se deben al envenenamiento. Cuando un depredador como un león, una hiena o un leopardo ataca y mata al ganado, los pastores toman represalias atando un cadáver con veneno dirigido al depredador. Los buitres, que no son los objetivos principales, son atraídos por el cadáver envenenado.
Desde agosto de 2019, se han notificado en Kenya tres incidentes de intoxicación de la fauna silvestre, que han provocado la muerte de 54 buitres. En un incidente en 2020, siete buitres murieron en la reserva de Olerai, en el condado de Narok, después de alimentarse de un cadáver de hiena envenenado. El buitre de espalda blanca superviviente fue trasladado en avión a la reserva de Olderkesi, donde se ha creado un centro de rehabilitación. Apenas unos días antes, otros 17 buitres habían muerto tras un incidente de envenenamiento en el pueblo de Ilmarba,
Ante esta situación, asociaciones y administraciones han iniciado acciones de concienciación para educar a las comunidades limítrofes de las áreas de conservación natural sobre la importancia de estas aves para el ecosistema.