Bosques arrasados para abastecer de biodiésel las gasolineras europeas

Plantación de palma / Foto: Ecologistas en Acción

Más palma y colza en nuestros depósitos que en nuestros alimentos

Los conductores europeos queman 100 veces más aceite de palma en sus depósitos que en los 40 mil millones de galletas Oreo que se consumen en todo el mundo cada año. Así de gráfico es el ejemplo que sale de las conclusiones de OilWorld, la referencia de la industria para los mercados de aceites vegetales. Son datos publicados en el informe Más palma y colza en nuestros depósitos que en nuestros alimentos. Diez años de las políticas de biocombustibles de la Unión Europea.

El estudio ha sido elaborado por la federación europea Transport & Environment (T&E) y Ecologistas en Acción. En promedio, el biodiésel a base de cultivos agroalimentarios emite un 80 % más de emisiones de gases de efecto invernadero que el diésel fósil. Esta situación se debe a que cultivos como la palma y la soja están asociados a la deforestación.

Récord de consumo

En 2019 el consumo de aceite de palma para fabricar biodiésel en la UE aumentó 7 %, alcanzando un máximo histórico de 4.5 millones de toneladas (Mt).

El uso de aceite de palma en la alimentación y la industria oleoquímica (pan, helados, crema de avellanas, chocolate, margarina, champú y detergente) cayó a un mínimo histórico de 2.8 Mt. Esto sucedió por la política europea de fomento del uso de biocombustibles, implementada en 2009, que obliga a las empresas petroleras a mezclar biocombustibles con combustibles fósiles para supuestamente tener automóviles «más verdes».

La tendencia en los últimos 10 años en el consumo de los aceites vegetales como el de colza, girasol, soja y palma para la industria alimentaria y oleoquímica se ha estancado en alrededor de 12 Mt por año. En cambio, el consumo para producir biodiésel ha aumentado un 46 %, de 8 Mt en 2009 a 11.7 Mt en 2019.

«La locura de quemar comida en los coches»

«El año pasado la UE dejó claro que los Estados miembros no están obligados a usar biocombustibles agrícolas para cumplir los objetivos de energía renovable en el sector transporte a partir de 2021. La transposición de la Directiva de Energía Renovable (DER II) es la gran oportunidad que tienen los países de la UE de eliminar realmente este tipo de biocombustibles asociados con el cambio de uso indirecto de la tierra y la deforestación», explica Rosalía Soley, portavoz de Ecologistas en Acción.

Cristina Mestre, coordinadora del área de biocombustibles de T&E, afirma: «La locura de quemar comida en los coches debe detenerse lo antes posible. Esta política fallida de biocombustibles eleva los precios mundiales de los alimentos, impulsa la deforestación y el cambio climático, y amenaza tanto a las especies en peligro de extinción como a las comunidades locales. Los líderes de la UE tienen una oportunidad única de eliminar gradualmente todos los biocombustibles a base de alimentos, incluido el aceite de palma y soja, a partir del próximo año».