
- La inacción de los gobiernos ante la amenaza de un alza en la temperatura media global condena de manera casi certera a las especies del planeta, entre ellas, el ser humano, a la extinción
- Aplaudimos las manifestaciones por todo el terreno español el 27 de septiembre, pero es evidente que de poco sirve sin voluntad política.
- Ante la desesperanza generada por la inhabilidad de los gobiernos de estar a la altura, Extinction Rebellion pasará a la acción.
A la vez que las especies se extinguen, nuestro futuro también es condenado. El 29 de septiembre salió desde la madrileña Plaza de Isabel II una marcha fúnebre personalizada por quienes están condenados a la extinción: todos los animales, entre ellos el ser humano. Se dirigían hacia un patibulo instalado en la plaza de Callao, donde dos seres humanos simularían la ejecución de la especie, montadas sobre bloques de hielo con la soga al cuello, simbolizando la condena colectiva a la que se enfrenta la humanidad si no se toman acciones verdaderas ante la emergencia climática y ecológica.
El viernes 27 de septiembre la sociedad española se atrevió a dejar que la juventud lidere una huelga mundial por el clima en lugar de permitir que disfruten de la despreocupación que deberían ser sus años de estudios. Ellas y ellos no deberían ser quienes indiquen el camino. Lo hacen porque nuestros líderes nos han fallado. Y porque es su mañana el que hoy enterramos.El 27S marcharon con esperanza. Esperanza que se quedará en esperar y esperar, y luego lamentar.
Al despedir septiembre, le decimos adiós también al vicio de la falsa esperanza, el esperar y esperar para luego lamentar. Cuando los gobiernos no obedecen al clamor del pueblo, lo único que nos queda al pueblo es desobedecer en paz. Extinction Rebellion ha protagonizado una de sus acciones singulares en una llamada a la concienciación sobre la emergencia climática y sus graves consecuencias a corto y medio plazo, el funeral de las especies. Los tambores han marcado el paso de los participantes cargando tres ataúdes que portaban unos de las muchas especies que se encuentran severamente amenazadas por el ser humano en nuestro planeta como el quebrantahuesos (Gypaetus barbartus), la tortuga verde, (Chelonia mydas), el dodo (Raphus cucullatus), o el ciervo del padre David (Elaphurus davidianus). De entre ellos surgieron seis bailarinas que con maquillajes corporales transmitieron como los tres medios terrestres, la tierra, el agua y el aire, se encuentran bajo nuestra amenaza.
La muerte de la esperanza
El entierro de las especies y a ejecución de la especie humana simbolizan la muerte de la esperanza. Y de la esperanza, pasaremos a la acción. Con septiembre muere la esperanza, para dar paso a Octubre, mes de acción.
Existe un antídoto a la muerte de las especies, Extinction Rebellion: el movimiento promueve tres demandas fundamentales, todas ellas han sido reflejadas de un modo u otro durante las diferentes fases de la acción Rebelión o Extinción en el centro de Madrid. Las demandas son: los gobiernos deben promover la verdad sobre el clima y una emergencia ecológica más amplia y consistente a largo plazo; medidas legales vinculantes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2025 y limitar la pérdida de biodiversidad y reducir los niveles de consumo; y Asambleas Ciudadanas para supervisar dichos cambios.