Los simios «bailongos» nos dan pistas de como la combinación de sonido y movimiento facilitó el salto evolutivo hacia la danza.
En los humanos, escuchar música induce un movimiento rítmico, lo que sugiere una conexión cercana entre las áreas auditiva y motora del cerebro. El sonido también induce balanceo rítmico en los chimpancés. Los chimpancés machos responden mejor al sonido que las chimpancés hembras, lo que es consistente con investigaciones previas sobre comunicación acústica en sus sociedades patriarcales. También han encontrado un efecto del tempo del ritmo en la periodicidad del movimiento y la tendencia a buscar el sonido. Son algunos de los resultados de la investigación de Yuko Hattori y Masaki Tomonaga publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Todos estos resultados sugieren que los requisitos previos para la música y la danza están profundamente arraigados y existieron en el ancestro común compartido por humanos y chimpancés, hace aproximadamente 6 millones de años. Este estudio que muestra como los chimpancés responden a sonidos tanto rítmicos como aleatorios con lo que se entiende como una forma de bailar, surgió de un modo curioso. La primatóloga Yuko Hattori estaba tratando de enseñarle a una madre chimpancé en su laboratorio a mantener el ritmo, incitándola a imitar ritmos en un pequeño teclado para obtener una recompensa en forma de fruta. Sorprendentemente, en la sala contigua Hattori observó que el hijo de esta chimpancé balanceaba su cuerpo a ritmo de baile sin, en su caso, esperar recompensa alguna.
La posterior investigación identificó a los chimpancés moviéndose, balanceándose y golpeando con dedos de manos y pies al ritmo y emitiendo sonidos equivalentes a lo que se consideraría un «canto». En libertad, se había descubierto ya que realizaban por ejemplo «bailes de lluvia» escuchando el sonido aleatorio de gotas de lluvia en el bosque. Las investigadoras consideran que estos movimientos en respuesta a sonidos naturales aleatorios estarían en el origen de la evolución de hacia formas de danza.