¿Qué es el tóxico clorpirifós y por qué debe ser prohibido su uso con alimentos?

El clorpirifós se desarrolló como plaguicida, durante los años 60 del siglo XX, por el gigante Dow Chemical, y se utiliza a día de hoy en multitud de cultivos diferentes de unos 100 países. Este insecticida tóxico ya ha sido prohibido en Estados Unidos, y en varios estados miembros de la UE, como Alemania, Irlanda y Suecia. Pero es todavía el más detectado en los alimentos españoles.

Esto podría cambiar después del comunicado realizado a comienzos de agosto por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre el clorpirifós y metil clorpirifós. El organismo zanja que ambos compuestos no cumplen con los criterios aplicables para proteger la salud humana establecidos en la legislación de la Unión Europea. Por este motivo, la EFSA recomienda que la actual autorización para estos compuestos no sea renovada cuando caduque en enero de 2020. Una decisión que llega después de una intensa lucha por parte de colectivos y asociaciones como Ecologistas en Acción.

Grave neurotoxicidad del clorpirifós

El clorpirifós es un insecticida organofosforado, tóxico para el sistema neuronal y hormonal. Los organo fosforados se desarrollaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial como agentes de gas nervioso.

Posteriormente, estos se adaptaron químicamente para eliminar determinadas plagas, ya que también eran eficaces para exterminar insectos, sólo que a una concentración de exposición mucho más baja. El clorpirifós mata a los insectos bloqueando una enzima de su sistema nervioso. Pero esta enzima también está presente en las células nerviosas de los seres humanos y otros animales. Esto implica que la neurotoxicidad del clorpirifós no se limita a los insectos.

Un plaguicida frecuente en alimentos españoles

España es el mayor consumidor de pesticidas de Europa. En el año 2014 se comercializaron en nuestro país 78.926 toneladas de plaguicidas, un 24% más que en 2012. En 2015, el clorpirifós fue el plaguicida más frecuentemente detectado en los alimentos españoles, según los análisis de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). Todos los datos están recogidos en el informe de Ecologistas en Acción «Directo a tus hormonas».

La Administración española detectó residuos de este insecticida en 117 muestras de 20 alimentos diferentes, lo que supone el 9% de todas las muestras de frutas y verduras. Sobre todo, sus residuos se encuentra en los cítricos: sus residuos están en más de 1 de cada 3 pomelos (39%), en el 36% de los limones analizados y en una 1 de cada 4 naranjas (29%) y mandarinas (25%).

También es un plaguicida frecuente en 8 de las 10 cuencas fluviales analizadas en 2016, como se denuncia en el informe Ríos hormonados de Ecologistas en Acción.

Los alimentos donde más clorpirifós se ha detectado / Imagen: Ecologistas en Acción