
Este estudio se llevó a cabo en Dinamarca y abarca un universo de hasta 900.000 personas. Se trata de una investigación realmente ambiciosa, realizada a lo largo de más de veinticinco años, entre 1985 y 2013. Los científicos analizaron un conjunto de factores relacionados con cada persona y su entorno familiar, relacionándolos con los espacios verdes que los rodeaban y a los que tenían acceso.
Y demuestra que los niños y niñas que crecieron con los niveles más bajos de espacios verdes tenían hasta un 55% más de riesgo de desarrollar un trastorno psiquiátrico. Siendo esto independiente de los efectos de otros factores de riesgo conocidos.
La investigación parte de datos previos según los cuales crecer en entornos urbanos está asociado con el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos. En todo caso, parte del desconocimiento de los mecanismos subyacentes. El análisis indica que el espacio verde puede proporcionar beneficios para la salud mental y posiblemente un menor riesgo de trastornos psiquiátricos.
Recomendaciones para una planificación urbanística más verde
Los hallazgos afirman que la integración de los entornos naturales en la planificación urbana es un enfoque prometedor para mejorar la salud mental y reducir la creciente carga global de los trastornos psiquiátricos.
Es importante destacar que los expertos no sostienen que necesariamente sea mejor vivir en un entorno rural o en el bosque. Así, subrayan que lo importante es vivir a una distancia razonable de espacios verdes urbanos de todo tipo como son los parques públicos con amplias zonas verdes. También es importante el acceso a áreas silvestres próximas, a donde pueda irse con relativa frecuencia. En estos casos, los beneficios para la salud serán similares a una vida en el campo.
Los espacios verdes promueven la salud en muchas formas
Recoge el estudio que la exposición al espacio verde puede influir en la salud mental a través de vías psicológicas y fisiológicas. Esto es así porque los espacios verdes sirven como entornos para el comportamiento individual y social y pueden mitigar las influencias negativas de otros aspectos del entorno físico.
El espacio verde puede promover la salud mental al apoyar la restauración psicológica, alentar el ejercicio, mejorar la coherencia social, disminuir el ruido y la contaminación del aire que afectan la cognición y el desarrollo del cerebro, y mejorar el funcionamiento inmune.
Fuente:
Residential green space in childhood is associated with lower risk of psychiatric disorders from adolescence into adulthood
Kristine Engemann, Carsten Bøcker Pedersen, Lars Arge, Constantinos Tsirogiannis, Preben Bo Mortensen, and Jens-Christian Svenning
PNAS March 12, 2019 116 (11) 5188-5193; first published February 25, 2019 https://doi.org/10.1073/pnas.1807504116