Una investigación de Igualdad Animal saca a la luz graves y sistemáticas negligencias de algunos de los gigantes lácteos norteamericanos.
«El supervisor me pidió que alimentara a un becerro al que se le habían congelados las patas. Tenía las pezuñas prácticamente separadas de las patas y se le podía ver el hueso. El animal estaba echado en el suelo, pero intentaba repetidamente ponerse de pie. Eso hacía que las heridas sangrasen». El mencionado supervisor no sabía que su empleado era un investigador encubierto de Igualdad Animal que pudo documentar y relatar los hechos posteriormente.
Se trató de la primera investigación encubierta llevada a cabo por Igualdad Animal en Estados Unidos. Y el resultado se ha mostrado en imágenes que evidencian «la negligencia sistemática que sufren los terneros en Summit Calf Ranch (Nebraska)». Esta instalación alberga a 11.000 terneros y es propiedad de Tuls Dairy, un proveedor de Bel Brands, productor de ‘La Vaca que ríe’ y ‘Babybel’ entre otros.

Agonía prolongada de los animales en esta granja lechera
La grabación realizada revela la agonía prolongada de docenas de terneros. Sus edades van de uno a 150 días, y muchos de ellos morirían congelados tras soportar temperaturas por debajo de los -20ºC durante la noche. La exposición repetida a temperaturas extremas les provocó la congelación de las extremidades y en varios terneros la separación del casco de las patas.
Pero no fueron las únicas negligencias documentadas, ya que los vídeos y fotografías muestran a trabajadores que empujan y golpean a los terneros con barras mientras los perros de la granja les muerde las patas de atrás. También como realizan el descorne de los terneros usando planchas calientes, un procedimiento enormemente doloroso. Además, puede verse como decenas de terneros mueren de diarrea y neumonía después de haber sido dejados al aire libre bajo temperaturas extremas tras el parto. Se muestran vacas enfermas abandonadas junto a las muertas sin recibir ningún tipo de atención veterinaria. E incluso, se ha documentado como las reparaciones de hernias, la castración y otros procedimientos dolorosos se realizan sin medicamentos o anestesia.
«Las vacas no rien a 20 grados bajo cero», lamentan desde la Fundación Igualdad Animal, en un juego de palabras que parafrasea uno de los conocidos lemas asociado a una de las marcas vinculada a estas granjas.