Decepción en el movimiento ecologista por el proyecto europeo frente a la crisis climática.
«Ante este borrador de ley presentado por la Comisión la responsabilidad la tienen ahora los Estados y el Parlamento para mejorar el texto y asegurar acción urgente para la próxima década con objetivos climáticos que respondan a la ciencia», ha declarado Tatiana Nuño responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace.
Desde esta asociación lamentan que el proyecto de ley de la Comisión Europea para luchar contra el cambio climático, conocido el 4 de marzo de 2020, «no incluye ninguna medida para impulsar la reducción de las emisiones para el año 2030». La organización ecologista recuerda que según la comunidad científica de la ONU, «el recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos diez años es definitivo para el éxito, o fracaso, de la acción climática».
Aparca las prioridades climáticas y sólo pone objetivos a largo plazo
Greenpeace denuncia que la ley de cambio climático europea pone solo objetivos a largo plazo, 2050, y puntualiza que no tenemos tiempo que perder ante la emergencia climática. También alerta de que sin medidas para asegurar el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles ni el abandono de los coches de gasolina y diésel, y sin abordar la ganadería y los sectores industriales «nos precipitamos hacia el fracaso».
También son pesimistas desde WWF, indicando que la propuesta de la Comisión Europea está muy lejos de lo que requiere la emergencia climática: no incluye medidas que reduzcan drásticamente las emisiones ahora. «Necesitamos un sistema de GPS climático, pero esta propuesta es tan solo una brújula que nos señala la dirección general de la neutralidad climática. Se necesita impulsar reducciones masivas de emisiones desde ahora. Esto se puede lograr aumentando el objetivo para 2030 al 65% de reducción de emisiones, alineando así las políticas de la UE con nuestros objetivos climáticos actuales y creando un organismo científico independiente para asesorar sobre nuestra acción climática», señala Imke Lübbeke, Jefa de Clima y Energía de la Oficina de Política Europea de WWF.
«Un objetivo para 30 años en el futuro no representa una acción climática de emergencia: nuestra casa está en llamas y Europa todavía está haciendo girar sus pulgares. Necesitamos poner fin a la era de los combustibles fósiles en años, no décadas, para mantener el planeta seguro», ha declarado sobre el tema Molly Walsh, activista por la justicia climática de Amigos de la Tierra Europa. En el mismo sentido, el proyecto de ley climática europea ha sido también criticado desde el movimiento de Jóvenes por el Clima, Fridays For Future.
Prioridades ausentes
Un objetivo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 65% para 2030 respecto 1990, y alcanzar las emisiones netas cero para 2040, en línea con la ciencia, es una de las propuestas prioritarias del movimiento ecologista. WWF señala también por ejemplo que la ley también debería contener un objetivo separado para eliminar el CO2 de la atmósfera mediante la restauración de los bosques y otros ecosistemas, algo que no se menciona.
Por otro lado, insisten en la prohibición de todos los subsidios, exenciones fiscales, publicidad y otros beneficios para los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas como requisito indispensable para que una norma de este tipo tenga éxito. Del mismo modo, debieran realizarse modificaciones en otras políticas de la UE, como en las relativas a infraestructuras de gas, subsidios agrícolas o bioenergía, para que sean coherentes con los objetivos climáticos. Y es que si bien la ley pide que la Comisión evalúe estos temas, este requerimiento quedaría aplazado al período posterior a 2030.
En cualquier caso, un pequeño grupo de países, que incluye a Austria, Dinamarca, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Suecia, ha consensuado un mensaje oficial a la Comisión Europea solicitando que el objetivo climático de la UE para 2030 se elabore «lo antes posible», a fin de que la UE pueda mostrar compromisos más firmes en la COP26 de Glasgow que se celebrará a finales de 2020.