Crímenes sin (o poco) castigo: delitos ambientales nos cuestan miles de millones

Imagen: EEB

El crimen ambiental es uno de los comercios ilegales más rentables del mundo. Debido a que la víctima de un delito ambiental generalmente no tiene voz, es perfecto para que los delincuentes hagan un negocio lucrativo. Así lo denuncia el European Environmental Bureau (EEB), que a principios de marzo de 2020 ha hecho público su informe «Crime and Punishment». Según la investigación del grupo, este tipo de delitos se vienen cometiendo con impunidad durante décadas, y en tiempos recientes la presión de ONG ha ayudado a que se difunda más y mejor la magnitud del problema.

Agujeros legales que favorecen el delito ambiental

El informe encuentra que las vagas definiciones legales y las brechas en la aplicación de reglamentos permiten que se cometan delitos sin un castigo adecuado. Los autores se concentran en tres factores principales que explican por qué este es el caso: los problemas en la investigación de los culpables, la responsabilidad corporativa de los delitos ambientales y el nivel de las sanciones.

Advierten además que los delitos ambientales nos cuestan a los europeos miles de millones y que las sanciones de la UE deben reflejar esto. El EEB cree que la Unión Europea debe intensificar las medidas para hacer frente a la ola de crímenes medioambientales y presenta una serie de recomendaciones a los Estados miembros y a la Comisión Europea para mejorar la investigación y la sanción de los delitos medioambientales en la UE. Pide que se aumenten los recursos y la capacidad para investigar los delitos y que se establezcan directrices claras para alinear las sanciones entre los Estados miembros.

Débil persecución del crimen ambiental

Tala de árboles, minería, vertido de residuos y comercio ilegal de fauna y flora silvestres, son algunos de los tipos de actividad delictiva más rentables, con un valor estimado de 258.000 millones anuales. El informe muestra que no todos los delitos ambientales están actualmente reconocidos como tales en la Unión Europea, lo que da lugar a sanciones inadecuadas y bajas. «Los delitos ambientales nos están costando miles de millones, además de costarle a la Tierra, no es aceptable que los delincuentes se salgan con la suya, o que sólo reciban bajas sanciones si son atrapados. Necesitamos más recursos para la aplicación de la ley en toda Europa para asegurar que los delitos ambientales sean investigados y castigados adecuadamente», subraya Francesca Carlsson, de la EEB.

Algunas recomendaciones clave del informe incluyen:

  • Desarrollar directrices precisas de la UE sobre las sanciones para los delitos ambientales para ayudar a los jueces a imponer sanciones disuasorias de manera uniforme en toda la UE
  • Las sanciones deben reflejar los altos beneficios y el carácter lucrativo de los delitos ambientales
  • Los Estados Miembros tienen que imponer responsabilidad penal a las empresas para que tanto los individuos como las empresas puedan ser considerados responsables penalmente. La UE debería adoptar medidas de ejecución contra los Estados miembros que no lo hagan.

Pulsa para descargar el informe: Crimen y castigo. Delitos ambientales