La media de los platos en muchos hogares está lejos de lo que dicta la comunidad científica internacional.
Los datos los trae de nuevo a la actualidad Greenpeace aprovechando la celebración de la Semana Mundial Sin Carne, que en 2020 tiene lugar entre el lunes 15 y el domingo 21 de junio. España es ya el país de la Unión Europea que más carne consume.
Según los últimos datos disponibles de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), España estamos consumiendo más de 100 kg de carne por persona y año. Esto equivale a unos 275 gramos diarios, cuando las recomendaciones científicas internacionales marcan unos 300 gramos y las estatales entre 300 y 375 gramos a la semana. Es decir, para evolucionar hacia unos niveles saludables y sostenibles, en España habría que reducir un 84% la ingesta actual de carne.
Insostenible consumo basado en un modelo de ganadería industrial
«No podemos seguir mirando al otro lado. El excesivo consumo y producción de carne industrial en España está contribuyendo a la destrucción del planeta», ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. «La urgente y necesaria transformación del sistema pasa por adoptar dietas sanas y sostenibles y por dejar de llenar el campo de auténticas fábricas de carne, cambio climático, contaminación del agua y destrucción de modos de vida y empleos».

El actual y masivamente extendido modelo de ganadería industrial es el principal responsable de las mencionadas cifras que evidencian un «excesivo, insano e insostenible» consumo de carne. Y lejos de frenar o siquiera estabilizarse, ese nocivo modelo crece exponencialmente. Lo hace además provocando graves consecuencias, tanto para el medio ambiente como para las personas.
En este escenario no son extraños los datos que señalan que, a nivel global, el sector agroalimentario, es responsable de hasta un 37% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y, si consideramos solamente el sector ganadero, estamos todavía hablando de un 14,5% de esa huella total. Sin olvidar que la ganadería industrial está asociada a la deforestación, al elevado consumo de agua y su contaminación, la emisión de amoníaco, el uso de cultivos transgénicos y un largo etc de graves problemas para el medio ambiente y la salud de las personas.