El tiburón zorro, Alopias superciliosus, es una especie amenazada. Debido a los problemas para la supervivencia de la especie ha sido incluída en la lista de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES). Se incluye en el apéndice II de CITES, el relativo a especies que, si bien no están necesariamente en riesgo de extinción, debería evitarse y controlarse su comercio para no arriesgar su supervivencia.
Paradójicamente, ha sido incluída en la lista de especies permitidas por la reciente resolución del gobierno de Colombia, que avala su pesca y la comercialización de sus aletas. La polémica resolución del Ministerio de Agricultura colombiano conocida esta semana, extiende el permiso para la pesca de 500 tonelas de tiburón y la comercialización de su carne. De hecho, la carne de los tiburones suele importarles poco a las embarcaciones pesqueras, que prefieren las aletas, muy bien pagadas en el mercado asiático.
Colombia viola con esto la Convención de Río de 1992
La Fundación Mar Viva ha denunciado que esta resolución incentiva la pesca de especies amenazadas de tiburones y rayas; especies consideradas de alta importancia para la salud de los ecosistemas marinos y por ende de la seguridad alimentaria de las comunidades costeras. Se incluyen en la lista especies en estado de amenaza como Sphyrna lewini, Sphyrna mokarran, Sphyrna zygaena, Carcharhinus falciformis y Alopias pelagicus, según la UICN y el Libro Rojo de Peces de Colombia, que no deberían ser comercializadas.
Además, advierten que esta resolución, y varias de sus predecesoras, violan diversas leyes, regulaciones y recomendaciones, como la Convención de Río de 1992. «Se hace caso omiso a los diferentes requerimientos establecidos para pesca dirigida al Comercio Internacional de especies amenazadas, tales como los Dictamenes de Extracción No Perjudicial (DENP) para el caso de aletas de tiburón y de algunas especies de tiburones y rayas, según se reconoce mediante la Ley 17 de 1981», señalan. La Fundación MarViva recomienda revocar esta resolución hasta tanto no exista información cientifica sobre las poblaciones que permitan establecer rigurosas cuotas de pesca que efectivamente propicien la pesca sostenible y la conservación de los recursos marinos y costeros.
En el siguiente vídeo puede verse cómo es la cruel muerte de los tiburones a los que se le ha cercenado sus aletas: