Alarmante calentamiento, menos agua y ecosistemas alterados: los Pirineos están cambiando

Paisaje pirenaico con valle verde, montañas nevadas y lago al fondo
Imagen: Witizia – Pixabay

Conclusiones del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC).

La cadena pirenaica tiene 40 millones de años de antigüedad. Según los registros de los refugios a gran altitud, desde 1959, en cada década las temperaturas han aumentado en 0,24ºC. Esta es la conclusión a la que han llegado los científicos participantes en un simposio celebrado recientemente en Jaca, del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC), que incluye a las regiones de Aquitania y Occitania en Francia, Cataluña, Aragón, Navarra y Euskadi en España y el Principado de Andorra.

Este aumento de la temperatura durante los últimos 50 años (1949-2010) ha sido general en toda la cordillera pirenaica, con pocas diferencias entre la vertiente norte y la vertiente sur, y más marcado durante la estación estival (junio, julio y agosto). Para el horizonte 2030, el aumento del valor medio anual de las temperaturas máximas respecto al período de referencia (1961-1990) podría estar, en promedio y para toda la zona pirenaica, entre 1º C y 2.7º C.
Para el horizonte 2050, el calentamiento sería algo mayor. Para la temperatura máxima, las horquillas irían de 1.4º C a 4.5º C según las zonas analizadas.

Los expertos manejan dos hipótesis. La primera es que los entornos de alta montaña, al amplificarse el nivel de calentamiento con la altitud, experimentan cambios de temperatura más rápidos que los entornos de altitudes bajas. La segunda hipótesis es que el cambio climático es un fenómeno arbitrario: si bien unas regiones se calientan rápidamente y otras se enfrían, estos fenómenos no son ni continuos ni permanentes.

Cambios en la hidrología: los Pirineos se vuelven más secos

El efecto del calentamiento de los Pirineos ya ha provocado cambios en el ciclo del agua. En los últimos 50 años, el volumen de precipitaciones ha disminuido cada diez años un 2,5%, según los datos recogidos por organismos meteorológicos españoles y franceses. Las lluvias son menos abundantes en invierno y verano. Las nevadas también han sufrido disminuciones significativas. Se ha identificado un descenso estadísticamente significativo del manto de nieve desde 1950 hasta nuestros días. Los datos de monitoreo de los ríos muestran una disminución del promedio de los caudales. Por su parte, durante los últimos 36 años, los últimos glaciares pirenaicos han perdido el 50% de su volumen. De acuerdo con los datos del estudio, la disponibilidad de agua será menor en la parte occidental pirenaica (territorios vascos franceses y Euskadi), donde, para 2050, los expertos estiman una disminución del 50% de las precipitaciones. Mientras, en la parte catalana el descenso se estima sobre el 20%.

Ecosistemas pirenaicos alterados

Las plantas y los animales han empezado a sufrir las consecuencias de la menor disponibilidad de agua y el incremento de las temperaturas. A través de un programa denominado REPLIM se realiza el seguimiento de 50 lagos y turberas de alta montaña utilizando instrumentos de medición. Estas áreas de alta montaña están sometidas a lluvias intensas y olas de calor extremas. Según los expertos, las turberas habitualmente almacenan CO2, pero este proceso de mineralización de la materia orgánica se ve impedido por el aumento de la temperatura, lo que provoca que estos espacios emitan gases de efecto invernadero.

También el rango de especies está sufriendo cambios, según los científicos. Tanto las plantas como los animales se están desplazando a mayores altitudes para mantener su hábitat. Pero a una mayor altitud, los espacios más favorables para ellas son más restringidos, con lo que las especies más frágiles se ven más amenazadas. Especies de aves de alta montaña y anfibios están viendo caer su abundancia: Las aves migrantes están cambiando sus fechas de llegada y salida: las golondrinas, desde 1959, han llegado 0,16 días antes cada año. Robles y pinos, tan sólo en la última década, han ganado 35 metros de altura. Los anfibios se encuentran entre los grupos de vertebrados más vulnerables al cambio climático. Se han constatado descensos poblacionales considerables en las poblaciones del tritón pirenaico coincidiendo con los años de mayor ocurrencia de eventos climáticos extremos como avenidas y sequías. En las últimas décadas se han registrado adelantos en la fecha de los primeros avistamientos de muchas especies de mariposas, y el aumento de las temperaturas parece ser la razón principal. El cambio climático podría estar teniendo efectos negativos en la capacidad de los insectos polinizadores para polinizar las plantas, con graves repercusiones en los ecosistemas.

En el futuro los Pirineos vivirán más y peores incendios

El estudio del OPCC concluye que la crisis climática podría incrementar el número e intensidad de los incendios forestales en los Pirineos. El incremento de la temperatura y sobre todo la mayor duración e intensidad de las sequías podrían derivar en un aumento del riesgo de que ocurran grandes incendios en los Pirineos. Por un lado, el mayor número de años con alta frecuencia de olas de calor y sequías podría aumentar la frecuencia de años con alto riesgo de incendios, sobre todo en verano y otoño. Por otra parte, dada la mayor cantidad de combustible disponible en los bosques (más madera seca), los incendios podrían ser más intensos.

Pulsa aquí para descargar el informe: El cambio climático en los Pirineos: impactos, vulnerabilidades y adaptación