Una empresa sueca es la impulsora de estos diseños que, aseguran, consigue aerogeneradores más baratos, eficaces y por supuesto sostenibles.
«Nuestros cálculos indican que la torre de 150 metros reducirá la masa en aproximadamente un 30% y reducirá los costos de fabricación en aproximadamente un 40% en comparación con una torre de acero tubular equivalente con un diámetro base de 6-7 metros», dice Otto Lundman, CEO de la empresa de ingeniería y diseño industrial Modvion, con sede en Gotemburgo, en Suecia.
Esta empresa reabre así una línea de investigación iniciada por la empresa alemana TimberTower, ya desaparecida. Lo que han construído de momento es un prototipo, pero esperan que sea el impulso clave para la reintroducción de la madera como material estructural para torres de turbinas. Lo cuenta para el portal especializado Wind Power Monthly, subrayando que la madera es un producto natural que a menudo puede obtenerse localmente, creando empleos locales y otros beneficios adicionales.
«Las torres de madera también ofrecen beneficios medioambientales adicionales en comparación con las torres de acero gracias al proceso de fabricación con menos carbono», aseguran desde Modvion. Lundman calcula que un molino de viento de estas características va a ahorrar hasta 2.000 toneladas de emisiones de CO2 por torre hasta el despliegue. Además, el secuestro de carbono en la madera ofrece el potencial de hacer que una planta de energía eólica sea neutral en carbono.