
*Artículo de José Enrique Zaldívar Laguía, presidente de Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA), con reveladores datos acerca del peso de las subvenciones en el sector taurino.
**Recomendamos la amplia información que sobre este tema tienen en su web.
LAS GANADERÍAS DE LIDIA NO NECESITAN AYUDAS: YA LAS TIENEN
Desde que estalló la pandemia, hemos oído el ruido del sector taurino reclamando ayudas al Estado. Hemos oído voces desde el sector de los profesionales taurinos y desde el sector de los ganaderos. Se quejan, estos últimos, de la gran cantidad de animales que tendrán que morir en los mataderos sin poder defender su vida con honor mientras son maltratados en una plaza de toros o en un festejo popular. Piden y esto sí que es un “argumento de peso”, que el gobierno les subvencione un “rendimiento productivo” que consiste en que los animales que crían se defiendan en la arena de un coso o en las calles de un pueblo, cuando se les somete a sensaciones tan “agradables” como son el dolor y el miedo. Esto es lo que venden y como no pueden venderlo, pretenden que se lo paguemos todos los ciudadanos.
En un trabajo anterior ya dimos nuestra opinión sobre algunas de sus reivindicaciones, pero hoy nos vamos a centrar en la inmoral petición de los ganaderos, porque la realidad es que este tipo de explotaciones no podrían sobrevivir sin subvenciones, que reciben desde hace muchos años y que siguen recibiendo en tiempos de la pandemia.
Muchas veces se nos ha acusado de faltar a la verdad, de inventarnos datos y cifras pero lo cierto es que, desde nuestra asociación, AVATMA, que no está subvencionada y nunca lo ha estado, ni quiere estarlo, siempre o casi siempre hemos utilizado información servida desde el sector taurino, eso sí, adecuadamente interpretada.
A pesar de que el oscurantismo económico es una constante en el sector del maltrato animal legalizado y normalizado, a veces, muy de vez en cuando, aparecen trabajos y análisis que nos sirven para hacernos una idea aproximada de la realidad de esta industria, de su ruina.
Sirvan como ejemplo los dos trabajos en los que nos hemos basado para hacer llegar a la opinión pública la verdad, la única verdad, señor Rodriguez Uribes, de por qué, y a pesar de los llantos, las ganaderías de lidia sobrevivirán, unas mejor otras peor, a los estragos económicos que ha provocado y provocará la pandemia. Si ya ha quedado demostrado que la crisis económica sufrida en el año 2008 no fue la culpable de la decadencia y caída de la tauromaquia, este trabajo demostrará que tampoco lo será el SARS-CoV-2. Mientras este negocio este subvencionado podrá mantenerse a flote en un barco que hace agua desde hace muchos años.
En el año 2004 se publicaba: “La economía en la ganadería de reses bravas”, con la firma de un ingeniero técnico agrícola, J.R. Caballero de la Calle. En este trabajo se podía leer:
– “La ganadería brava es económicamente deficitaria, aunque es evidente la contradicción del gran número de explotaciones existentes en España en la actualidad”.
– “Si se hacen bien los cálculos de rentabilidad en esta actividad, nos daríamos cuenta de que los beneficios son escasos o nulos…”.
– “Se estima que, en la actualidad, para las ganaderías de lidia, los ingresos por subvenciones alcanzan más del cuarenta por ciento de sus ingresos anuales”.

En este trabajo también podemos leer:
– “El elevado número de ganaderías genera una oferta excesiva de animales que el mercado es incapaz de absorber”.
– “Determinadas ganaderías, que podemos llamar de élite, acaparan la mayor parte de la actividad taurina nacional y solo dejan una pequeña parte del negocio a repartir entre la mayor parte de ganaderías bravas, que no tienen más remedio que adaptarse o desaparecer”.
– “Existe un número elevado de grupos de presión, que pueden incluir a ex profesionales del toreo, hombres de negocios, profesionales liberales (abogados, veterinarios, periodistas…) e incluso toreros, que pueden tener una órbita de ganaderías asociadas que asegurarían la venta de su producción, aunque a precios indefinidos”.
– “El resto de las explotaciones, deben enfrentarse anualmente a la realidad del mercado, siendo muchas veces inexplicable su continuidad temporada tras temporada”.
– “Son pocas las explotaciones que pueden demostrar que generan beneficios y además suelen estar ligadas a determinados “círculos de influencia”.
– “La más que evidente amenaza de la desaparición brusca y progresiva de las ayudas de la Unión Europea, podría llevar a las explotaciones de ganado de lidia a una situación crítica para su mantenimiento”. Este pronóstico no se ha cumplido, ya que, el descenso en el número de explotaciones es meramente simbólico, a pesar de que los festejos en plaza han disminuido en un 60% en los últimos 13 años. La única explicación es que siguen recibiendo una inyección de subvenciones que lejos de disminuir, puede que haya aumentado, y a que el sector esté intentando reconvertirse desde hace años (turismo, caza, explotación de otras especies domésticas…).
El número de ganaderías de lidia es un tema sumamente curioso que hemos denunciado en muchas ocasiones, sin que, hasta el momento, hayamos obtenido respuesta:
Datos del Ministerio de Agricultura 2019: 895.
Datos del Ministerio de Cultura 2018: 1.337.
Digamos que hay 442 ganaderías que no sabemos si existen o no, pero de fiarnos, lo haremos de los datos de Agricultura.
Estos eran los precios de los animales que manejaba el autor en el año de publicación del estudio:

Otros datos de interés, dada la situación actual del sector que parece, hasta cierto punto, abocado a mandar una parte de su sobreproducción al matadero:
– “La carne de lidia procede, en un sesenta y ciento, de animales lidiados, pero el resto son reses sin el estrés de la lidia que proporcionan carne de más calidad por sus condiciones de sacrificio”. No olvidemos que la carne de animales lidiados, que no de raza bovina de lidia, está sometida a una consideración especial en cuanto a su tratamiento, que limita mucho su comercialización para consumo, que es prácticamente inexistente.
Análisis de las subvenciones que recibía una ganadería de lidia durante los años 2005/2006:

Posteriormente, en el año 2013, se publicaba otro trabajo: “Eficiencia técnica económica de las ganaderías de toros de lidia”, firmado por Joan Bea Enrich, ingeniero agrónomo de la Universidad Pública de Navarra, tras el análisis de la situación de 18 explotaciones.
En este trabajo nos encontramos con datos muy interesantes que evidencian, como lo hacía el anteriormente comentado, que estas ganaderías viven gracias a las subvenciones:
– “Un 31,6% de los ingresos de las ganaderías de lidia proviene de ayudas del Plan Agrario Común (PAC)”.
– “Si no fuera por ellas, hoy en día, estas ganaderías serían difícilmente viables”.
– “La explotación del ganado de lidia, suele complementarse, a menudo, con otro tipo de explotación como es la cría de ganado vacuno de carne, cerdo ibérico etc., y otros usos alternativos como es la caza y el turismo rural.
Los costes en salarios medios de estas explotaciones eran de 5.246 euros al mes (máximo: 17.529 euros/mes; mínimo: 450 euros/mes).
Los costes totales medios, ascienden, según este estudio, a 25.487 euros/mes (máximo: 51.528 euros/mes; mínimo: 8.501 euros/mes).
En el apartado de subvenciones del PAC, la media anual es de 60.736 euros por explotación, con un máximo de 142.246 euros y un mínimo de 21.888 euros.


En tres de las dieciocho ganaderías, los ingresos procedentes del PAC son mayores que los percibidos por la venta de animales.
En el apartado de otros ingresos, algunos proceden del alquiler de cotos de caza y otros del turismo rural.
El número de asalariados medio por explotación es de 4,4 (ganadero (1), mayoral (1), vaqueros (2,4); vaqueros fijos por explotación, 1,76, eventuales, 0,6.

Solo cuatro de las ganaderías analizadas tenían Márgenes de Explotación Unitarios, positivos, aunque ninguna de ellas tuvo su cuenta sin números rojos. La media de pérdidas anuales fue de -139.761 euros (máximo: -301.204 euros; mínimo: -154,8 euros).
Comparativa de los estudios:

Comparativa de los precios de venta entre el año 2004 y el 2011

Toros y utreros vendidos en los años 2004 y 2011 en las ganaderías estudiadas
Se reduce el número de animales, especialmente de vacas madres y la superficie de la explotación, lo que evidentemente reduce los costes de producción, y los ingresos por la venta de animales y las subvenciones del PAC. Muchos ganaderos optaron por cambiar el ganado bravo por ganado manso. Pese a esto, aumentó ligeramente el número de trabajadores eventuales, pero se recortaron los salarios en un 12,7%.

“Se comprueba que las ayudas económicas del PAC cada vez tiene más importancia en la rentabilidad de las explotaciones, aumentando más de 7 puntos y llegando a ser el 31,6 % de los ingresos de las ganaderías. Con ello se afianza más la idea de que sin dichas ayudas, muchas de las ganaderías de bravo serían inviables en la actualidad (Buxadé, 2012). Si disminuyeran las ayudas PAC destinadas al medio rural durante el periodo 2014 – 2020, y especialmente en el subsector del ganado de lidia, muchos ganaderos de bravo tendrían que replantearse la orientación productiva de su explotación”.
Conclusiones:
– “En las ganaderías de toros de Lidia actuales existe una clara tendencia a reducir el número de vacas madres y, en consecuencia, el número total de animales de las explotaciones e introducir ganado manso en su lugar. De esta manera, se aprovecha la superficie de terreno que queda libre para sustentar el nuevo ganado introducido”.
– “Los ingresos provenientes de las ayudas de la PAC tienen una incidencia elevada sobre el total de los ingresos de las ganaderías, cifra que ha aumentado con respecto al año 2004. Hoy en día, estas explotaciones serían prácticamente inviables sin las ayudas del PAC (Plan Agrario Común)”.
Estos datos han sido recabados y publicados por dos profesionales que, además, son defensores de la tauromaquia. Creemos que son lo suficientemente claros como para que, desde el movimiento abolicionista, pidamos al Gobierno de España que no habilite ninguna partida presupuestaria para ayudar a los ganaderos de la raza bovina de lidia.
José Enrique Zaldívar Laguía.
Presidente de AVATMA.