¿Riesgo de un «Titánic nuclear» o un «Chernóbil flotante» en el Ártico?

Planta nuclear flotante Akademik Lomonósov
Foto: Rosenergoatom

*Actualización de 24 de mayo de 2020

Hace nueve meses que contábamos como comenzaba a navegar la gigantesca plataforma Akademik Lomonósov, destinada a funcionar como planta nuclear. Y, finalmente, este 22 de mayo, el consorcio estatal Rosenergoatom, que forma parte de la Agencia de Energía Atómica de Rusia (Rosatom), anunciaba oficialmente la entrada en «operación comercial» de la que es desde ahora la primera central nuclear flotante del mundo. El evento se confirmó desde el extremó nororiental de Siberia: «Ahora es cuando el proyecto puede considerarse completado con éxito», comunicó su director general, Andréi Petrov. «Es la undécima central nuclear que se explota industrialmente en Rusia, así como la más septentrional del mundo», explicó Petrov.

La inmensa área de Chukotka, enorme en extensión aunque con no más de unos 50 mil habitantes, tendrá en breve plazo en esta planta su principal suministro de energía, a medida que se detienen las consideradas obsoletas centrales de Bilíbino (nuclear) y Chaun (térmica). De hecho, ya ha generado más de 47,3 millones de kWh de electricidad desde que se conectó a la red, produciendo el 20 % de la energía de la zona. Un proyecto que en Rusia se considera también clave en cuanto que infraestructura de apoyo para la crecientemente alternativa comercial marítima del norte.

Catorce años desde el inicio de su construcción

El Akademik Lomonósov culmina así un trayecto iniciado hace casi quince años (su construcción se inició en 2006) con no poca polémica. Los grupos ecologistas rusos la han bautizado popularmente tanto como «Titánic nuclear» como «Chernobyl flotante». Por su parte, el consorcio estatal asegura que ni un tsunami como el de Fukushima podría hundirla y defiende que cumple con todas las exigencias de la autoridad ejecutiva que controla y supervisa las actividades en el campo de la gestión ambiental.

Con una longitud 140 metros y un ancho de 30 metros, además de un desplazamiento de 21.500 toneladas, Rusia espera que esta planta nuclear flotante tenga una vida útil de 40 años.

Navega ya en Rusia la primera planta de energía nuclear flotante del mundo

Akademik Lomonosov es la primera planta nuclear flotante fletada en Rusia
Akademik Lomonosov / Foto: Christian Åslund – Greenpeace

*Actualización de 24 de agosto de 2019

Generar electricidad en regiones remotas es un objetivo loable. La discusión aparece cuando se debate como hacerlo. Y en este caso, Rusia ha decidido demostrar su poderío económico y tecnológico optando por la solución más peligrosa. Bautizado como Akademik Lomonosov, un impresionante reactor nuclear flotante parte estos días desde Mursmank hacia el este del país.

Al respecto, Greenpeace opina que es un peligro para una de las regiones más desprotegidas del planeta, ya amenazada por la crisis climática. «Una catástrofe nuclear en aguas del Ártico podría destruir el medio de vida de miles de personas. Tendría efectos devastadores sobre el planeta», advierten.

Los ambientalistas ya habían denunciado especialmente la última fase del proceso de preparación del Akademik Lomonosov. El hecho de que fuese a ser cargado y probado con combustible nuclear en el entorno de una ciudad con 300 mil personas fue duramente criticado. Esta fase iba a realizarse en San Petersburgo, pero la presión de Greenpeace Russia y de los vecinos países bálticos consiguió modificar el plan. Ahora, insisten en que su instalación en el Ártico ruso «representará una amenaza constante para las personas del Norte y la naturaleza virgen del Ártico».

Reclaman un estricto control de este proyecto nuclear

Greenpeace y las organizaciones ecologistas rusas Ecodefense y Amigos de la Tierra – Rusia enviaron hace semanas una carta a diversas autoridades rusas, exigiendo una supervisión reguladora estricta y sin restricciones por parte del regulador nuclear ruso Rostechnadzor. También proponen que las autoridades relacionadas con la regulación nuclear de otros países dispongan de toda la información y puedan participar de la supervisión.

«La historia plagada de incidentes de los rompehielos y submarinos nucleares rusos muestra la necesidad de una supervisión estricta e independiente con revisión internacional por pares», defiende Greenpeace. El Akademik Lomonosov será ahora remolcado 5.000 km a través de la Ruta del Mar del Norte y puesto en uso cerca de Pevek, en la región rusa de Chukotka.

Según los medios rusos, 15 países, incluidos China, Argelia, Indonesia, Malasia, Argentina y Sudán, han mostrado interés en contratar plantas nucleares flotantes.