
La cría no ha sido bautizada todavía, pero conocemos los nombres de sus padres, Deva y Casanova. Deva es una hembra que había sido reintroducida en la zona hace una década y Casanova un macho que con una edad de alrededor de trece años, llegó por su cuenta a Picos de Europa desde los Pirineos. En esta pareja residía la esperanza de que el quebrantahuesos se asentase de forma estable en el Parque Natural de los Picos de Europa. La cría de Deva y Casanova es la primera nacida desde que en 1956 la especie pasó a considerarse extinguida en estas montañas.
La buena noticia fue comunicada por técnicos de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), junto con la Guardería del Parque Nacional, este marzo de 2020, demostrando como la naturaleza sigue su curso ajena la pandemia que asola las poblaciones humanas. Los progenitores venían siendo observados con detalle desde hace seis años, cuando conformaron pareja en la zona. Se habían evaluado diversos intentos de reproducción fallidos, atribuídos a factores como la falta de experiencia de los ejemplares o las problemáticas localizaciones escogidas para los nidos. Finalmente, una oquedad de la parte asturiana de Picos de Europa, en el macizo central, ha traído la buena nueva después de más de medio centenar de días de incubación del polluelo.
Si todo va bien, sobre el mes de junio de 2020 podríamos ver volar a un nuevo quebrantahuesos ya nativo de Picos de Europa. En la zona vuelan ya 21 ejemplares, traídos desde el área pirenaica.
Nacimiento asistido de otro polluelo
La noticia coincide también con el nacimiento asistido de un polluelo de quebrantahuesos tras 13 años de fracasos reproductivos de sus progenitores. Se trata en este caso de un embríon rescatado en un nido en el Pirineo aragonés. El huevo fue incubado en el Centro de Cría en Aislamiento Humano, en Zaragoza. El delicado proceso, gestionado por la FCQ ha concluído con éxito, alejando un poco más de su desaparición a esta especie en peligro de extinción.