El gobierno luso no acepta incluír la tauromaquia en el programa de apoyo a actividades culturales.
A comienzos de 2020 el movimiento antitaurino ya había felicitado la «estocada» que el gobierno luso le dedicaba al sector taurino, multiplicando prácticamente por cuatro el IVA de estos eventos: de un 6% pasaba a un 23%. El Ministerio de Cultura ya había intentado introducir esta medida en 2018, pero en aquel entonces diputados de la propia formación política gobernante, el Partido Socialista, se movilizaron a favor del sector. En esta ocasión también se produjo esa rebelión, pero finalmente fueron obligados a votar a favor de la medida por su grupo parlamentario.
Ahora, en pleno mayo de 2020, el primer ministro portugués, António Costa, respondía a una pregunta parlamentaria sobre el sector realizada por André Silva, el popular representante del PAN (Personas, Animales, Naturaleza), de cuya mano esta formación política ha ascendido en la última cita electoral portuguesa hasta cuatro representantes en la Asamblea portuguesa. Al hilo, el mandatario luso confirmaba que, en el marco de las estrategias de apoyo a sectores por la pandemia de coronavirus, su ejecutivo no otorgaría ninguna ayuda financiera o fiscal de carácter extraordinario para los eventos taurinos. De hecho, el gobierno portugués no considera al sector susceptible de recibir los apoyos que recibirá el sector cultural.
Fuerte disminución del apoyo de los portugueses a las «touradas»
El número de eventos taurinos («touradas») y de espectadores asistentes se ha reducido en Portugal prácticamente a la mitad en la década 2010-2020, aunque permanece estable en los últimos tres años. En el país permanece activa una asociación de «Municípios com Actividade Taurina» y el sector ha venido recibiendo apoyos de formaciones de casi todo el espectro político desde la extrema derecha que con la formación «Chega» ha vuelto al Parlamento portugués en 2019 con Portugal hasta incluso el propio Partido Comunista Portugués (PCP), pasando por el PSD/PP o el propio PS gobernante. No obstante, otros municipios se han declarado antitaurinos como en el norte del país ha hecho Viana do Castelo, cuya antigua plaza de toros será reconvertida en una instalación deportiva.
