Las mujeres viven más y el cromosoma Y nos ofrece la razón científica

Ilustración de cromosomas
Percepciones y mitos diversos salían a relucir hasta ahora para explicar la razón de que la esperanza de vida de las mujeres fuese mayor. El hecho de que los hombres, por término medio, falleciesen antes, se venía atribuyendo popularmente a razones relacionados con sus tradicionalmente diferentes actividades laborales o incidencia de hábitos como el alcohol y el tabaco.

No obstante, científicos australianos tienen una hipótesis más sólida para explicar por qué los hombres mueren más jóvenes. En un estudio publicado en Biology Letters exponen su análisis de informes anteriores de todo tipo sobre esperanza de vida y cromosomas sexuales en la búsqueda de patrones.

La hipótesis del X silenciado y su impacto potencial en la salud

De forma concreta, los investigadores revisaron la hipótesis del X silenciado que sugiere que el cromosoma Y en sexos heterogaméticos, aquellos con cromosomas sexuales XY (masculinos) en lugar de cromosomas sexuales XX (femeninos), es menos capaz de proteger a un individuo de los genes nocivos expresados en el cromosoma X. La hipótesis sugiere que, dado que el cromosoma Y es más pequeño que el cromosoma X y, en algunos casos, está ausente, es incapaz de «ocultar» un cromosoma X que porta mutaciones dañinas, lo que puede exponer al individuo a amenazas para la salud.

Por el contrario, no existe tal problema en un par de cromosomas homogaméticos (XX), donde un cromosoma X sano puede reemplazar a otro X que tiene genes perjudiciales para garantizar que esos genes dañinos no se expresen, maximizando así la duración de la vida para el organismo.

Patrones similares en otras especies además de en el ser humano

«Observamos los datos de vida útil no solo de primates, otros mamíferos y aves, sino también reptiles, peces, anfibios, arácnidos, cucarachas, saltamontes, escarabajos, mariposas y polillas, entre otros», explica Zoe Xirocostas, estudiante de doctorado de la UNSW Sydney y autora principal del estudio. «Y descubrimos que en esa amplia gama de especies, el sexo heterogamético tiende a morir antes que el sexo homogamético, y es un 17,6 por ciento más temprano en promedio».

De este modo, después de examinar los datos de vida útil disponibles en una amplia gama de especies animales, parece que la hipótesis X sin protección se acumula. Esta es la primera vez que los científicos prueban la hipótesis en todos los ámbitos en taxonomía animal. Anteriormente se probó solo en unos pocos grupos de animales.

Curiosamente, los investigadores observaron este mismo patrón en las clases de animales que poseen su propio par único de cromosomas sexuales en sentido contrario al de todos los demás animales. Por ejemplo, en aves, mariposas y polillas, es el macho de la especie el que tiene los cromosomas sexuales homogaméticos (denotados por ZZ) mientras que la hembra tiene los cromosomas heterogaméticos (ZW). De este modo, por lo general, se descubrió que las hembras de aves, mariposas y polillas morían antes que sus contrapartes machos, lo que da crédito a la hipótesis X silenciado.

Fascinantes incógnitas todavía por resolver para el puzzle de la longevidad

Más allá de esta hipótesis, los científicos sospechan que hay factores añadidos. «Encontramos una diferencia menor en la esperanza de vida entre los machos y las hembras en las especies heterogaméticas hembras en comparación con los machos y las hembras en las especies heterogaméticas machos», destaca Xirocostas. «En las especies donde los machos son heterogaméticos (XY), las hembras viven casi un 21 por ciento más que los machos. Pero en las especies de aves, mariposas y polillas, donde las hembras son heterogaméticas (ZW), los machos solo sobreviven a las hembras en un 7 por ciento».

¿Significa esto que todavía hay algo fundamentalmente que acorta la vida de ser miembro masculino de cualquier especie? Xirocostas cree que este podría ser el caso, y enumera los efectos secundarios de la selección sexual, el grado de degradación del cromosoma Y y la dinámica de los telómeros como posibles explicaciones de esta sorprendente tendencia.

Fuente bibliográfica: The sex with the reduced sex chromosome dies earlier: a comparison across the tree of life. Zoe A. Xirocostas, Susan E. Everingham and Angela T. Moles. Biology Letters.