Cómo un ‘sandwich’ de miel de Manuka podría ser la clave para combatir infecciones.
La colocación de pequeñas cantidades de miel de Manuka entre capas de malla quirúrgica actúa como un antibiótico natural que podría prevenir la infección después de una operación, según una nueva investigación de la Universidad de Newcastle. Las mallas se usan para ayudar a promover la curación de los tejidos blandos dentro del cuerpo después de la cirugía y son comunes en operaciones como la reparación de hernias. Sin embargo, conllevan un mayor riesgo de infección ya que las bacterias pueden formar una biopelícula en la superficie de la malla.
Las infecciones de la piel y los tejidos blandos son las infecciones bacterianas más comunes, que representan alrededor del 10% de los ingresos hospitalarios, y una proporción significativa de estas son infecciones secundarias después de la cirugía. Actualmente, cualquier infección se trata con antibióticos, pero la aparición de cepas resistentes a los antibióticos, o ‘superbacterias’, significa que los científicos están buscando alternativas.
Intercalando ocho nanocapas de miel de Manuka (con una carga negativa) entre ocho capas de un polímero (con una carga positiva), el equipo internacional de científicos e ingenieros dirigido por el Dr. Piergiorgio Gentile en la Universidad de Newcastle y la doctora Elena Mancuso, en la Universidad de Ulster, demostró que es posible crear un nano revestimiento electrostático en la malla que en el laboratorio inhibe las bacterias hasta por tres semanas a medida que la miel se libera lentamente.

Beneficios potenciales de la miel en medicina
Los hallazgos publicados en la revista académica Frontiers destacan los beneficios potenciales de la miel en este sentido. Según explica el doctor Gentile, autor principal e ingeniero biomédico de la Universidad de Newcastle, «la malla se implanta dentro del cuerpo para proporcionar estabilidad mientras los tejidos internos sanan pero, desafortunadamente, también proporciona la superficie perfecta para que crezcan las bacterias. Una vez que las bacterias forman una biopelícula en la superficie, es muy difícil tratar la infección. Intercalando la miel en una capa multicapa sobre la superficie de la malla y liberándola lentamente, el objetivo es inhibir el crecimiento de la bacteria y detener la infección incluso antes de que comience».
«Estos resultados son realmente muy emocionantes. La miel se ha utilizado para tratar heridas infectadas durante miles de años, pero esta es la primera vez que se ha demostrado que es efectiva para combatir las infecciones en las células del interior del cuerpo», indica el doctor.
El Dr. Mancuso, profesor del Centro de Nanotecnología e Bioingeniería Integrada (NIBEC) de la Universidad de Ulster, recuerda que aunque hasta ahora se han investigado numerosos recubrimientos a base de antibióticos, construidos a través de enfoques en capas, y destinados al desarrollo de implantes antibacterianos, «se ha encontrado que el efecto de los antibióticos puede disminuir con el tiempo, ya que potencialmente se pueden desarrollar bacterias resistentes a los antibióticos».
Profundizando en las posibilidades de un remedio antiguo
La miel se ha utilizado para tratar heridas infectadas desde la antigüedad y miles de años antes del descubrimiento de la existencia de bacterias. Se cree que la mayoría de la miel tiene algunas propiedades para matar bacterias porque contiene productos químicos que producen peróxido de hidrógeno. Sin embargo, en 1991, un estudio de Nueva Zelanda demostró que cuando se elimina el peróxido de hidrógeno de una variedad de mieles, la miel Manuka, hecha de néctar recolectado por las abejas que se alimentan del árbol silvestre de Manuka, era el único tipo que mantenía su capacidad de matar bacterias. Esto se debe a la presencia de un ingrediente único, ahora identificado como metilglioxal, que tiene propiedades antimicrobianas específicas.
Utilizando miel de Manuka, el equipo usó la tecnología de ensamblaje «Capa por Capa» para crear capas alternas de miel cargada negativamente y polímero biocompatible convencional cargado positivamente para modificar la superficie de la membrana electrohilada, con cada capa de apenas 10-20 nanómetros de espesor.
Probado in vitro en diferentes líneas celulares de tejidos blandos para evaluar su biocompatibilidad, las mallas fueron expuestas a una variedad de infecciones bacterianas comunes como MRSA, Staphylococcus y E. coli. «Poca miel no es suficiente para combatir la infección, pero demasiada miel puede matar las células», explica el Dr. Gentile. «Al crear este ‘sándwich cargado’ de 16 capas pudimos asegurarnos de que la miel se liberara de forma controlada durante dos o tres semanas, lo que debería dar tiempo a la herida para que se cure sin infección». El doctor Mancuso agrega que con este estudio se ha demostrado «la combinación prometedora de un agente antibacteriano de origen natural con un enfoque de nanotecnología, que puede traducirse en el diseño y desarrollo de nuevos dispositivos médicos con funcionalidad avanzada».