Centrado en formar al alumnado sobre como ayudar a detener la crisis climática.
La ola de movilizaciones por un planeta más sostenible que se ha desplegado en todo el mundo desde 2019, especialmente entre la población más joven, ha estado en primer plano también en Nueva Zelanda. Allí, James Shaw, el ministro que tiene el área climática bajo su gestión, se ha referido en prensa a como un tema que estaba vibrando a diario en las redes sociales del alumnado, permanecía relativamente poco tratado en el interior de las aulas. El propio profesorado del país reclamaba un giro que escuchase estas preocupaciones.
En esa línea de preocupación, el gobierno neozelandés ha estado diseñado, en colaboración con las agencias científicas del país, un conjunto de materiales para proveer a las aulas de un enfoque y recursos para tratar los desafíos de la emergencia climática. El plan de hecho tiene su raíz incluso antes del punto de inflexión movilizador de 2019, ya que en 2018 el ejecutivo había puesto en marcha un proyecto piloto en un centro educativo de Christchurch.
Protestas de la industria agroganadera
Si bien este plan de estudios pone a Nueva Zelanda a la vanguardia en el ámbito del tratamiento del cambio climático a nivel mundial, el plan del ejecutivo neozelandés ha sido criticado desde sectores agroganaderos.
La prensa local se ha hecho eco de los desacuerdos en un país donde la producción láctea y ganadera tiene un peso importante y donde las exportaciones de estos productos han crecido sin pausa en la última década. El hecho de que, entre los referidos contenidos se encuentren referencias a la necesidad de reducir el consumo de carne y al impacto de la ganadería intensiva en el calentamiento global está detrás de estas quejas.
Hay que recordar que el ministro Shaw es a la vez el líder del Partido Verde de Nueva Zelanda que, luego de las elecciones de 2017, ha entrado, de forma inédita, en un ejecutivo de coalición, contando con tres ministerios en el actual gobierno liderado por los laboristas.