Confirman que se prohibirá la explotación de elefantes para turismo en los templos de Angkor

Elefantes llevan turistas en Angkor
Elefantes mayores y enfermos sometidos a largas horas de marcha bajo intenso calor en Angkor / Imágenes: PETA

Después de las reiteradas denuncias por usar elefantes viejos y enfermos y someterlos a largas horas de trabajo.

En 2016 y después de casi una hora sin contar con ningún descanso, en un extenuante trabajo sometida a un clima extremadamente caluroso llevando turistas alrededor del templo de Angkor Wat, una elefanta se derrumbaba en la carretera para morir al poco tiempo.

Es uno de los graves sucesos que ha trascendido en épocas recientes, pero los activistas documentan muchos más casos de las graves situaciones que viven los animales en el entorno de este famoso espacio turístico situado en Camboya. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este complejo arqueológico de Angkor alberga no uno sino numerosos templos, construídos entre los siglos IX y XV. Muchos turistas optan por contratar el paseo sobre uno de los poco más de una docena de elefantes para recorrer una extensión de alrededor de cuatrocientos kilómetros cuadrados.

Las autoridades admiten que el maltrato animal debe acabar

A comienzos de año ya se había difundido la posible prohibición de este uso de los elefantes como atracción turística. Se había constatado la veracidad de las duras condiciones a que eran sometidos, ampliamente documentada por activistas, y comprobado que muchos eran animales ya de avanzada edad e incluso enfermos.

Y al fin, a mediados de este mes de noviembre de 2019, la administración del parque arqueológico ha anunciado que se dejará de usar a los elefantes. De hecho, se ha informado que media docena de ellos han sido ya trasladados a una zona de bosque a unos cuarenta kilómetros de donde eran obligados a trabajar. Allí serán cuidados y alimentados en un entorno natural. A principios de 2020 todos los elefantes habrán sido trasladados a este bosque y su explotación en Angkor habrá llegado a su fin. Un éxito de la presión ciudadana e internacional para acabar con este tipo de prácticas, que hemos denunciado más de una vez, como en el también reciente caso de la elefanta Tikiri en Sri Lanka.