Después de ser rescatados, permanecen en santuarios a la espera de volver libres a la naturaleza.
Indonesia mantiene numerosas instalaciones en todo el país donde se cuida a orangutanes de diferentes edades que han sido rescatados, muchos de ellos heridos, afectados por la acelerada invasión de sus ecosistemas. Y el coronavirus aparece como nueva amenaza para su supervivencia.
«Estamos siendo muy cuidadosos para que no haya transmisión de humanos a animales salvajes», explicaba a comienzos de mayo el director de conservación de la biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Silvicultura de Indonesia, Indra Exploitasia en conversación con periodistas del New York Times. «Esta enfermedad es una de las amenazas que pueden causar la extinción de una especie».
Los científicos que se ocupan del seguimiento de estos animales temen que, al igual que otros grandes simios, estos orangutanes puedan contraer el coronavirus. Su semejanza con los seres humanos los hace de hecho sufrir el riesgo de padecer la Covid-19. Y debido a las escasas poblaciones que quedan de orangutanes, un solo ejemplar que contraiga la enfermedad podría tener efectos devastadores y eliminar la escasa presencia de este animal en los bosques.
«Estamos preocupados por esto y nos lo tomamos muy en serio», cuenta Ian Singleton, director del Programa de Conservación de Orangutanes de Sumatra. «Si sucede, será una catástrofe». En la Isla de Sumatra se calcula que no quedarán más de unos siete millares. La especie se encuentra en peligro crítico de extinción. Tal y como hemos contado en Diario.eco en ocasiones anteriores, factores como la deforestación y el comercio de aceite de palma son algunos de los factores principales que están causando la desaparición de los orangutanes.