Avance de datos del informe “Agricultura Ecológica 2018” del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
La superficie de agricultura ecológica aumentó un 8% en 2018 respecto al año anterior y se situó en 2.246.474 hectáreas. Al mismo tiempo, el año se cerró con un incremento del número de operadores biológicos, que alcanzó los 44.282, un 6% más frente al año precedente. De estos, 39.505 eran productores, 4.627 procesadores y el resto comercializadores, importadores y exportadores.
En 2017 ya se había producido un incremento del 3,1% superando los dos millones de hectáreas dedicadas a cultivos ecológicos (2.082.000 ha.).También en ese año se habían incrementado los operadores en todas las categorías, registrándose un 5,3% más que en 2016.
España mantiene así el liderazgo europeo en superficie de cultivo ecológico. Aunque este liderazgo no existe si pasamos a analizar la transformación de las materias primas. De hecho, muchos de los cultivos son exportados y transformados en otros países, volviendo a España manufacturados para su venta. Alemania, Francia y Reino Unido lideran ampliamente el volumen de consumo ecológico en Europa.
Alemania, Francia y Reino Unido lideran ampliamente el volumen de consumo ecológico en Europa
También industria y ganadería con etiqueta «eco»
En cuanto a las explotaciones ganaderas ecológicas, si bien se mantiene un crecimiento global discreto (en 2018 alcanzó el 1,68% respecto al año anterior). Destacan incrementos del 14,94% en ovino de leche y del 14,86% en bovino de leche, así como del 11,51 % en porcino.
Respecto a las industrias ecológicas en 2018 se cuentan 7.670 industrias relacionadas con la producción vegetal. Esto implica un incremento del 15,13% respecto al año previo, así como 1.216 industrias relacionadas con la producción animal, que indican un incremento del 5,65%.
Crecimiento sostenido del cultivo ecológico en la última década
La producción ecológica es también denominada biológica u orgánica, conocida además por sus apócopes bio y eco. Se trata de un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos que quiere combinar las mejores prácticas en materia de medio ambiente y que debe cumplir con unas exigentes normas específicas de producción, además de la normativa general de alimentos.
En la presentación de este avance de datos, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, ha valorado positivamente el importante crecimiento, sostenido, que experimenta este sector año tras año. En los últimos 10 años la extensión dedicada a la producción biológica no ha parado de crecer. Son casi un millón de hectáreas de incremento en el periodo 2008-2018.
Planas ha destacado que la producción ecológica, presente en todas las autonomías, es hoy en día “una realidad económica” en España que además contribuye a la creación de empleo y a la fijación de poblaciones. Ha subrayado que cada vez son mayores las demandas de la sociedad que piden modelos de gestión altamente respetuosos con la conservación del medio natural y que, al mismo tiempo, den respuesta a las necesidades crecientes de un consumidor que demanda productos ecológicos.
El doble papel social de la agricultura ecológica
Los alimentos ecológicos son cada vez más demandados. Este método de producción desempeña un papel social doble. Por un lado, aprovisiona de alimentos bio un mercado específico que responde a esta creciente demanda de la población. Y, por otro, proporciona a la sociedad bienes que contribuyen a la protección del medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural. Finalidades todas que van en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Los estudios del Ministerio señalan que, en el futuro, se prevé una expansión del consumo y de la demanda de productos ecológicos, por estar en línea con la evolución de la demanda del consumidor, por llevar experimentando crecimientos de dos dígitos en los últimos años, y por seguir una clara tendencia de convergencia con los países más avanzados de la UE.
Aunque el gasto per cápita en España es aún bajo, se mantiene una tendencia alcista y se sitúa ya en 46,5 euros por habitante y año, cifra que duplica los 21,85 euros que se gastaban en productos eco en 2013.