Hasta 1.500 jaguares muertos, heridos o desplazados en los fuegos del Amazonas

Jaguar entre ramas de árbol en la selva
Imagen: Staffan Widstrand – WWF

Dos tercios de la población existente de la especie se encuentran en la selva amazónica.

El jaguar (Panthera onca), el felino más grande del continente americano, está bajo amenaza. Se estima que los incendios forestales recientes en el Amazonas desde principios de 2019 mataron, hirieron o desplazaron a una cifra de entre 400 y 1.500 jaguares, según a difundido WWF Brasil. El jaguar desempeña un papel clave en el funcionamiento del bosque. Durante siglos la especie ha sido adorada como símbolo de fortaleza por innumerables pueblos indígenas en América del Sur.

El Amazonas es el hogar de la mayor población de jaguares del planeta, aproximadamente dos tercios de la población mundial. Sin embargo, WWF advierte que las recientes tendencias de las políticas ambientales brasileñas abren un escenario peligroso para la biodiversidad del país y también, de forma concreta, para la supervivencia de esta especie.

La llamada Aliança Onça Pintada (Alianza Jaguar), es precisamente una red colaborativa de instituciones creada en 2014 para ampliar las acciones de investigación y conservación de la especie en la Amazonia brasileña. Los datos sobre la afectación de la reciente ola de incendios en el Amazonas sobre los jaguares proceden precisamente de esta red, aunque las cifras oscilan entre ese amplio abanico de 400 a 1500 animales según las estimaciones.

Los incendios provocan un efecto dominó en la biodiversidad amazónica

La descomposición del equilibrio forestal afecta a las plantas y a innumerables especies de animales. El ciclo de las plantas se altera, con una menor disponibilidad de alimentos a largo plazo para mamíferos más pequeños, como ciervos, agutíes, perezosos y monos. Estas son presas naturales del jaguar, que también se ve afectado por este efecto al estar en la parte superior de la cadena alimentaria. Con la escasez de alimentos y la apertura de nuevas áreas de pastoreo, los jaguares buscarán otras fuentes de alimentos y, por lo tanto, intensificarán la segunda mayor amenaza para la especie: el conflicto humano derivado de los ataques contra animales domésticos. Un estudio realizado en la región de Alta Floresta (MT) y publicado en 2006 mostró que se mataban entre 110 y 150 jaguares por año en la región estudiada, en represalia por la muerte de ganado.

Beneficios ambientales y económicos de la población de jaguares

Desde el punto de vista económico, el jaguar representa un activo económico importante en sus áreas de influencia. Su papel en la promoción del equilibrio forestal es inmenso. Como un animal superior en la cadena alimentaria, controla las poblaciones de otras especies y, por lo tanto, mantiene un delicado equilibrio entre las especies de fauna y flora. Su presencia es un bioindicador importante de la calidad de un entorno natural. Solo el 8.6% de la superficie terrestre del planeta tiene poblaciones de jaguar. Esta misma área alberga el 28% de toda la biodiversidad global.

Por otro lado, el turismo ecológico o cultural en zonas habitadas por jaguares beneficia a 36,6 millones de personas. El turismo es, de hecho, el sector que más se beneficia de la existencia de la especie. Un estudio realizado por la organización Panthera señala que el turismo de observación de jaguar genera 6 millones de dólares anuales en el Pantanal. La misma encuesta muestra que las pérdidas estimadas por la depredación del ganado no alcanzan los 120.000 dólares al año en el bioma. Por lo tanto, las inversiones en nuevos itinerarios turísticos que incluyen la observación de jaguares es, sin duda, una alternativa interesante para la conservación de especies y la generación de ingresos para las poblaciones locales, como se ha hecho en los Llanos colombianos.