El probable final de la caza de ballenas en Islandia

Pequeña ballena nada cerca de superficie sobre gran ballena
Foto: IFWA

Los elevados costes, la crisis sanitaria y la presión internacional, aceleran el fin de esta práctica.

Desde que la Comisión Ballenera Internacional acordó el final de la caza comercial de ballenas en 1986, tres países han venido soliviantando al activismo a nivel mundial por su persistencia en permitir la matanza de estos majestuosos animales. Japón, Noruega e Islandia han seguido cazando ballenas, usando como excusa el subterfugio de presuntos programas científicos.

De forma concreta, Islandia suma en este período, según cifras oficiales, más de 1700 ballenas asesinadas en alta mar. Irónicamente, la carne de ballena ni siquiera es un plato típico en aquel país y, de hecho, a menudo se incluye en menús de áreas turísticas. La mayor parte en realidad viaja hasta Japón, donde sigue existiendo ese mercado. Pero las cosas han cambiado rápidamente en fechas recientes y, en lo que a Islandia se refiere, la caza de ballenas podría haber llegado a su fin.

La presión y la falta de rentabilidad salvarán a las ballenas

La expansión en 2017 a través de nuevas regulaciones de áreas marítimas convertidas en santuarios de ballenas, obligaron a los balleneros a ir más lejos para capturar sus presas. Esto habría encarecido de forma significativa la actividad. Y sería una de las razones de que en 2020, las dos empresas que todavía realizaban caza de ballena en Islandia hayan anunciado que dejan de hacerlo.

Gunnar Bergmann Jonsson, de IP-Utgerd, declaró para AFP que nunca volverá a cazar ballenas. Y Kristján Loftsson, de Hvalur, anunció al periódico islandés Morgunbladid que sus barcos no se embarcarían este verano. En este caso, la empresa alude a las restricciones de distanciamiento impuestas por la alerta sanitaria debida a la Covid-19. Aunque la empresa ya no había cazado ballenas el año anterior.

Los balleneros islandeses se enfocaban fundamentalmente a las llamadas ballenas minke (Balaenoptera acutorostrata) y al rorcual común o ballena de aleta (Balaenoptera physalus).