
Fue encontrado en Siberia en un trozo de tierra helada. Las pruebas de ADN no son concluyentes.
«Esto es intrigante, ¿y si es un perro? Estamos ansiosos por obtener resultados de otras pruebas», dijo Sergey Fedorov, del Instituto de Ecología Aplicada del Norte, integrado en la Universidad Federal del Nordeste de Yakutsk, y quien tomó estas fotos reproducidas por The Siberian Times.
Los investigadores opinan que el cachorro, todavía con sus dientes lechosos con forma de punta de flecha, tendría apenas menos de dos meses cuando murió. Fue encontrado durante el verano de 2018 en una zona cerca del río Indigirka, al noreste de Yakutsk. Debido a las condiciones climáticas, su cuerpo estaba completo dentro de la tierra helada, con su hocico e incluso bigotes y pestañas preservadas por el permafrost.
No se ha definido todavía la causa de su muerte, pero lo más sorprendente es que la secuencia inicial del genoma, realizada por el Centro Sueco de Paleogenética (GPC) no ofrece datos claros. Hay que recordar que este centro tiene el banco de ADN más grande de Europa en lo relativo a animales de este género y, a día de hoy, no se ha podido concretar si el cachorro de 18.000 años era un lobo o un perro. Se ha aventurado que podría ser un animal en etapa de transición entre lobo y perro. En todo caso, ha sido ya bautizado. El nombre elegido, Dogor, que en Yakut significa «amigo«.