Ecologistas en Acción tilda de «auténtico disparate» el plan del gobierno canario «en favor del lobby turístico»

Aviones volando en direcciones opuestas con el sol poniéndose al fondo
Imagen de ThePixelman en Pixabay

«Se pliegan sin pudor ni vergüenza a los intereses de la industria turística impulsando un paquete de medidas centradas exclusivamente en proteger, favorecer y fomentar el transporte aéreo para salvar a toda costa al lobby hotelero que basa su modelo de negocio, desde hace ya muchos años, en el flujo masivo de personas». Con esta contundencia criticaban desde la asociación Ben Magec-Ecologistas en Acción la estrategia de las instituciones canarias para combatir los efectos en las Islas de la quiebra del turoperador británico Thomas Cook.

Recuerdan los ecologistas que, irónicamente, esta estrategia se anuncia apenas un mes después de que el propio gobierno canario declarase la emergencia climática con el objetivo de comprometer todas las políticas del Gobierno de Canarias para frenar la amenaza mundial que entraña el cambio climático. Un compromiso que para los ambientalistas será papel mojado a la luz de las decisiones prácticas del ejecutivo.

«Es precisamente este turismo barato de ir y venir el que produce una parte importante de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y el que más caro le sale al clima», lamentan desde Ben Magec. Y es que la aviación internacional está exenta del Acuerdo de París y el queroseno, a diferencia del combustible para automóviles o el aceite de calefacción, todavía no está sujeto a impuestos.

Múltiples impactos de la industria turística sobre la sociedad y el medio

Más allá de los citados graves impactos de las emisiones del transporte aéreo, los efectos de este turismo masivo son muchos otros. Por ejemplo, la alta generación de desperdicios y residuos, la alta demanda en recursos naturales y agua, la saturación de carreteras y la masificación y degradación de la costa y de los espacios naturales.

Además, señala el colectivo que no sólo la naturaleza se resiente, «también lo hacen las personas residentes y la sociedad canaria en su conjunto por el aumento de los precios de alquiler y la compra de bienes inmuebles para la transformación de éstos en alojamientos turísticos (legales e ilegales), la sustitución del comercio de cercanía por otros establecimientos destinados a turistas y la especialización del mercado laboral en el sector turístico que ofrece principalmente empleos precarios de baja cualificación con la consecuente reducción de las oportunidades para otros sectores productivos».

La turistificación supone también la pérdida de espacios comunitarios como resultado de la privatización con fines turísticos del espacio público de los pueblos y ciudades para dedicarlos a albergar servicios e infraestructuras vinculados a la industria. Por todas estas razones Ben Magec-Ecologistas en Acción afirma que “en el contexto de emergencia climática en la que nos encontramos se hace más necesario que nunca replantearnos cuál es el papel de Canarias y de su principal actividad económica en la lucha contra los efectos del cambio climático y empezar a pensar y a trabajar en la transición del modelo”.