El asma es una afección respiratoria crónica caracterizada por inflamación de las vías respiratorias e hiperreactividad. La prevalencia ha seguido aumentando en las últimas décadas a medida que los patrones dietéticos occidentales se han generalizado. La evidencia sugiere que las dietas que enfatizan el consumo de alimentos de origen vegetal podrían proteger contra el desarrollo del asma y mejorar los síntomas del asma a través de sus efectos sobre la inflamación sistémica, la oxidación y la composición microbiana.
Además, el aumento de la ingesta de frutas y verduras, la reducción del consumo de productos animales y el control del peso podrían mediar la liberación de citocinas, el daño de los radicales libres y las respuestas inmunes involucradas en el desarrollo y el curso del asma. Así lo señalan los investigadores que firman un artículo en Nutrition Reviews que examina la literatura científica que avala las asociaciones entre los factores dietéticos y el riesgo y el control del asma en niños y adultos.
El asma puede provocar dificultad para respirar, falta de aliento, sibilancias y tos debido a la estrechez e inflamación de las vías respiratorias. Además, es importante señala en plena alerta por la expansión de la enfermedad Covid-19 en todo el mundo que el asma también puede poner a las personas en mayor riesgo de contraer en forma grave la enfermedad por coronavirus.
Reducción de inflamación
El asma se asocia con la inflamación y las dietas basadas en plantas han demostrado reducir la inflamación, lo que es ya de inicio un factor determinante. Además, el alto contenido de fibra, antioxidantes y flavonoides, otros marcadores de una dieta basada en plantas, también han demostrado mejorar y proteger la función pulmonar. La ingesta de alimentos ricos en grasas se asoció con una pobre función pulmonar e inflamación de las vías respiratorias.
La revisión también encuentra que el consumo de lácteos puede aumentar el riesgo de asma y empeorar los síntomas. Un estudio de 2015 encontró que los niños que consumían la mayor cantidad de lácteos tenían mayores probabilidades de desarrollar asma, en comparación con los niños que consumían menos. Después de eliminar los lácteos, el grupo experimental experimentó una mejora del 22% en el índice de flujo espiratorio máximo, una medida de la rapidez con que los niños pudieron exhalar.
El alto consumo de grasas, el consumo de grasas saturadas y el bajo consumo de fibra también se asociaron con inflamación de las vías respiratorias y empeoramiento de la función pulmonar en pacientes con asma. «Esta investigación innovadora muestra que llenar nuestros platos con alimentos de origen vegetal y evitar los productos lácteos y otros alimentos ricos en grasas puede ser una herramienta poderosa para prevenir y controlar el asma», explica la doctora Hana Kahleova.
Fuente bibliográfica
The role of nutrition in asthma prevention and treatment. Autoras: Jihad Alwarith, Hana Kahleova, Lee Crosby, Alexa Brooks, Lizoralia Brandon, Susan M Levin, Neal D Barnard. Publicación: Nutrition Reviews