
Los bonobos a menudo se confunden con los chimpancés, aunque son una especie completamente diferente. Se parecen a los chimpancés en apariencia y comparten el 98,7 por ciento de su ADN con los humanos. También comparten la misma inteligencia y complejidad emocional, aunque no son tan luchadores como su primo.
Los bonobos son predominantes en los bosques de la cuenca del Congo en la República Democrática del Congo (RDC). Este animal se considera una especie en peligro de extinción. El bonobo tiene una baja tasa de reproducción y enfrenta muchas amenazas, incluida la pérdida de hábitat, la caza y la muerte para la venta como carne. Estos adorables pequeños primates que son parientes cercanos a los nuestros, sufren todas estas amenazas, incluida la caza furtiva.
En la red se ha promovido una petición al gobierno del Congo para prohibir los asesinatos de los Bonobos y exigir que se tomen medidas adicionales para preservar su existencia. Puedes ayudar a salvar estos valiosos animales en peligro de extinción firmando y compartiendo esta petición desde aquí.
Tráfico de simios
El tráfico de simios es una parte poco conocida del comercio ilícito de vida silvestre, pero se trata de un negocio criminal global que arrastra millones de dólares. A diferencia del próspero negocio de marfil de elefante, cuernos de rinoceronte, vino de hueso de tigre o escamas de pangolín, el contrabando de simios involucra animales vivos, algunos de los animales más amenazados, inteligentes y sensibles de la Tierra.
Daniel Stiles, autor principal del informe de Naciones Unidas titulado «Simios robados», explicaba para The New York Times que se han capturado simios desnutridos y aterrorizados en todo el mundo, en equipajes encubiertos o en puestos de control fronterizos, en países tan variados como Francia, Nepal, Tailandia, la República Democrática del Congo y Kuwait. «Hacen que la mafia parezca cosa de aficionados», lamenta Stiles sobre estos traficantes.
Las consecuencias son dramáticas, ya que los científicos calculan que podrían quedar apenas en el planeta alrededor de 10 mil bonobos libres. «A veces los bebés simios son capturados como subproducto del comercio ilegal de carne de simio, a veces son capturados por encargo para satisfacer una solicitud», explicó a Mongabay el primatólogo Ian Redmond, presidente de la coalición internacional de conservación Alianza de Simios.