La contaminación acústica bloquea masivamente el contacto entre ballenas

Ballena con su cría a vista de dron
El video de un dron del experimento muestra a la madre de la ballena jorobada y a la cría cambiando el comportamiento cuando se exponen al fuerte ruido de un barco / Imagen: KR Sprogis, S. Videsen, PT Madsen

El sonido es básico para la comunicación entre los cetáceos, y la navegación marítima está silenciando gravemente sus cantos de relación.

Docenas de barcos comerciales, navegación y pruebas militares, minería y perforaciones… El escenario de algunas profundidades marinas frecuentadas por ballenas es el de una de nuestras ruidosas calles caracterizada por la típica contaminación acústica.

En este contexto, algunos científicos vienen advirtiendo que episodios de varamientos masivos de cetáceos tienen su origen en ese ruidoso entorno. Los mamíferos marinos son particularmente sensibles a la contaminación acústica porque dependen del sonido para muchas funciones esenciales, como la comunicación, la navegación, la búsqueda de comida y para evitar a los depredadores.

Un panel de expertos ha publicado una evaluación completa de la ciencia disponible sobre cómo la exposición al ruido afecta la audición en los mamíferos marinos, brindando recomendaciones científicas para los criterios de exposición al ruido que podrían tener implicaciones regulatorias de gran alcance.

Relación con varamientos masivos

Publicado en marzo de 2019 en la revista Aquatic Mammals, el artículo es una revisión importante de la primera evaluación de este tipo, publicada en 2007 en la misma revista. Ambos esfuerzos fueron dirigidos por Brandon Southall, investigador asociado del Instituto de Ciencias Marinas de la UC Santa Cruz y científico principal de Southall Environmental Associates.

“Una de las cosas que hicimos en 2007 fue identificar las lagunas importantes en nuestro conocimiento, y ahora tenemos muchos más datos. Pensamos que había suficiente ciencia nueva para volver a reunir el panel y revisar estos temas”, comenta Southall, quien fue director del Programa de Acústica Oceánica de la NOAA de 2004 a 2009.

La preocupación por la posibilidad de que el ruido del océano cause daños auditivos o cambios de comportamiento en los mamíferos marinos comenzó a aumentar en la década de 1990, centrándose inicialmente en actividades relacionadas con la industria del petróleo y el gas. A principios de la década de 2000, la asociación del sonar con varamientos masivos de ballenas se convirtió en otro foco de preocupación. Las actividades de transporte marítimo y de construcción son otras fuentes importantes de contaminación acústica oceánica.

Efectos directos de contaminación acústica

Los ruidos fuertes pueden causar pérdida de audición temporal o permanente, pueden enmascarar otros sonidos y pueden molestar a los animales de varias formas. El nuevo artículo se centra en los efectos directos de la contaminación acústica en la audición de los mamíferos marinos.

“La pérdida de audición inducida por ruido ocurre en los animales de la misma manera que ocurre en los humanos. Puede tener un cambio a corto plazo en respuesta a la exposición a ruidos fuertes, y también puede tener cambios a largo plazo, generalmente como resultado de ruidos repetidos”, analiza la coautora Colleen Reichmuth, científica investigadora que dirige el Laboratorio de sistemas sensoriales y cognición pinnípeda en la UC Santa Cruz.

Las misiones de observación también les afectan

Necesitamos nuevas pautas para proteger a las ballenas del ruido provocado por el hombre y asegurarles algo de paz y tranquilidad. De nada sirve mantener los barcos de observación de ballenas fuera de la vista de las ballenas si el ruido de los motores de los barcos perturba más a las ballenas. Y las ballenas pueden escuchar los motores de los barcos desde lejos, según un equipo de investigación danés-australiano.

La observación de ballenas se ha convertido en un negocio multimillonario y las empresas quieren brindar a los pasajeros la mejor experiencia posible colocando sus botes cerca de las ballenas.

Las autoridades públicas de todo el mundo han establecido restricciones a los barcos de observación de ballenas para protegerlas. Por ejemplo, algunos países exigen que los barcos se mantengan a una distancia de al menos 100 metros de las ballenas o que se queden detrás o al lado de las ballenas a baja velocidad. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que incluso cuando los barcos respetan estas restricciones, las ballenas siguen siendo perturbadas y cambian de comportamiento.

Se sumergen, cambian de rumbo, nadan más rápido, respiran con más frecuencia, se dispersan y pueden emitir sonidos diferentes a los habituales.

Posible control de emisión de los motores de barcos

Un equipo de investigadores de la Universidad de Aarhus en Dinamarca cree haber encontrado una explicación: los motores de algunos de los barcos son demasiado ruidosos. En su opinión, las autoridades podrían establecer estándares de emisión sobre este ruido.

“A diferencia de los humanos, el sentido dominante en las ballenas no es la vista, es el oído. Como tal, es posible que una ballena no pueda ver un barco de observación de ballenas a 100 metros de distancia, pero es probable que lo escuchen, por lo que tiene sentido considerar esto al estipular las pautas de observación de ballenas”, explica la australiana Kate R. Sprogis, bióloga y becaria Marie-Curie de la Universidad de Aarhus.

Kate R. Sprogis es la líder de un equipo de investigadores que, utilizando altavoces submarinos y cámaras de drones, han experimentado para averiguar cuánto ruido de los barcos se necesita para que las ballenas jorobadas cambien su comportamiento. Los resultados se han publicado en la revista científica eLife .

Los experimentos se llevaron a cabo en el golfo de Exmouth, en la costa oeste de Australia, que tiene la mayor población de ballenas jorobadas del mundo. El golfo de Exmouth es un área de descanso donde las ballenas dependen de sus depósitos de grasa durante el invierno, ya que no se alimentan, y donde sus crías maman para volverse lo suficientemente fuertes para la migración al lugar de alimentación en aguas más frías durante el verano.

Referencias bibliográficas

Marine Mammal Noise Exposure Criteria: Updated Scientific Recommendations for Residual Hearing Effects. Autores: Brandon L. Southall, James J. Finneran, Colleen Reichmuth, Paul E. Nachtigall, Darlene R. Ketten, Ann E. Bowles, William T. Ellison, Douglas P. Nowacek, y Peter L. Tyack. Publicación: Aquatic Mammals. Marzo 2019.

Vessel noise levels drive behavioural responses of humpback whales with implications for whale-watching. Autores: Kate R Sprogis, Simone Videsen, Peter T Madsen. Publicación: eLife. Junio 2020.