Asistimos fascinados estos días al recorrido oceánico de esta tortuga boba.
Un viaje «épico» tal y como lo describen los investigadores que lo han estado rastreando. La tortuga Yoshi ha nadado más de 37.000 kilómetros para, presuntamente, regresar a su playa natal y poner allí sus propios huevos.
Yoshi llegó de casualidad al acuario Two Oceans, en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hace veinte años. La tripulación de un barco de pesca japonés la encontró con la concha dañada y se pusieron en contacto con el acuario para ver si podían atenderla. Two Oceans llevaba poco tiempo abierto en esa época, y ni siquiera se habían planteado tener tortugas marinas en sus instalaciones. Pero durante su recuperación, cuentan, se acabaron encariñando con Yoshi. Al tiempo, aprendieron también de ella, y abrieron un programa de ayuda y atención para tortugas varadas y heridas (han rehabilitado más de 600 en la última década).

Impresionante viaje de África a Australia
La vida de las tortugas es larga y la joven Yoshi llegó tras veinte años a una edad donde los científicos decidieron que, cariño aparte, estaba preparada para ser devuelta al océano. La preparación para acostumbrarla al medio marítimo real duró un año y medio y, finalmente, en diciembre de 2017, y tras una fiesta de despedida, Two Oceans la liberó a treinta millas náuticas de Ciudad del Cabo con un diminuto sistema de rastreo adherido.
Comenzó así un emocionante viaje oceánico de más de dos años que, tras bordear la costa africana, la llevó hasta Australia. Los científicos aventuran que pudo haber querido volver a su propio lugar de incubación para a su vez reproducirse y hacer su nido.
She's swum over 37 000km on this epic journey. That's right, this "cold-blooded" reptile has outdone the journey of any bird, fish or mammal ever tracked. That's amazing!
Now, speculation grows that #Yoshi may finally have returned to her natal beach to lay eggs of her own… pic.twitter.com/S2Z3G1NWCN
— Two Oceans Aquarium (@2OceansAquarium) February 29, 2020