La política de Donald Trump en Estados Unidos a favor de continuar y ampliar la apuesta por los combustibles de origen fósil no se sostiene a la luz de nuevos datos publicados esta semana. Los investigadores Lucien Georgeson y Mark Maslin, del University College London, han puesto números a la percepción creciente sobre la importancia de la llamada economía verde.
Analizando a fondo todas las estadísticas disponibles han concluído con datos demoledores. La llamada economía verde está empleando ya a casi 9,5 millones de personas en Estados Unidos a lo largo de diversos sectores relacionados y genera inmensos beneficios que crecen año a año. Sólo entre 2013 y 2016 ese crecimiento alcanzó el 20%. En comparación, la industria del petróleo, carbón y gas emplea en la actualidad a diez veces menos personas. En comparación con estos datos, resulta todavía más cuestionable la apuesta de la administración Trump por la industria de combustibles fósiles. Y, ciertamente, parecen ridículos los 400.000 empleos que prometen para los próximos treinta años en petróleo y gas, comparado con el potencial que ya demuestra el sector verde.
La tendencia en todos los países será multiplicar inversiones en la economía verde
A los autores del estudio no les cabe duda que en todo el planeta, la estrategia de muchos gobiernos va a ser invertir en todo lo relacionado con la economía verde. Advierten que el desarrollo de políticas energéticas, ambientales y educativas relevantes para la economía verde será clave para la competitividad de los países. Y quién no lo haga verá dañada su economía, alertan.
Recuerdan además que se trata de una tendencia imparable dada la emergencia del cambio climático y la caída del empleo en la industria de los combustibles fósiles. Centrar la inversión futuraen el crecimiento del sector verde es básico para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Fuente:
Estimating the scale of the US green economy within the global context, en Palgrave Communications
Lucien Georgeson, Mark Maslin